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El videoclub que resiste y le pelea a Netflix: «La gente viene y se quiere sacar fotos»


Foto: Fernando Der Meguerditchian

Con más de 35 años de experiencia, Silvia comanda uno de los pocos lugares de alquiler o venta de películas de Rosario. Desde su pasión por el cine le da batalla a las plataformas de streaming

Lejos quedó ese comienzo de siglo donde los videoclubes vivieron su momento de gloria. Aún más lejos está esa década del 90 donde ir a uno de estos locales comenzaba a ser costumbre y más atrás quedó esa década del 80 en que los primeros comercios empezaron a levantar sus persianas en Rosario y de la sala de cine se pasó al living de casa. Es que la tecnología de a poco, y no tan poco, fue avasallando ante este formato de ver películas y series. De alquilar seis temporadas de Lost a programarlas en tu TV mediante streaming; de buscar recomendaciones de películas íconos de la industria a ver una saga completa en un fin de semana; y así cada rincón de los videoclubes comenzó a guardar los recuerdos de una época dorada. Hoy en la ciudad no quedan más de cinco locales de este tipo. Pero los que todavía resisten al avance del on-demand lo hacen con pasión y apoyados por una comunidad fiel.

Estas líneas están lejos de levantar la bandera de “lo de antes era mejor”, pero sí buscan reivindicar una forma de ver cine muchas veces desconocida por las nuevas generaciones.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Antes ir al videoclub del barrio era toda una aventura: qué película ver era una discusión a capa y espada, cuántas alquilar era otra. Una de acción, otra verídica y alguna para los niños, si no comedia, romance o un documental, generalmente cuando llevabas tres el precio se acomodaba. 24 horas para ver el VHS o DVD que te llevara a una experiencia que la televisión por cable muy pocas veces ofrecía. Las plataformas hoy en día te dan la opción de ver cuando quieras y durante el tiempo que desees; apostar por un título en un videoclub tenía esa adrenalina difícil de comparar: si era buena regocijo, si era mala desazón.

Ante esta realidad, CLG golpeó las puertas de uno de los videoclubes que a pesar de pelear desde atrás con las plataformas mundialmente conocidas, todavía tiene una experiencia diferente para ofrecer.

Silvia (Foto: Fernando Der Meguerditchian)

Silvia es la encargada de conducir Premier, el reconocido local céntrico de Santa Fe 1663, y ella deja en claro que “no todo el mundo tiene la tecnología” que se necesita para sumarse al streaming. Además, entre sus caballitos de batalla, advierte que en su comercio conviven “títulos no tan fáciles de ver” y películas que fueron Globos de Oro, reconocidas en el Festival de Canes o que se llevaron un Oscar. “Una vez que viene le pega el bichito de seguir a algún director o tipo de cine”, cuenta ante este medio.

La tercera década del siglo XXI comenzó con una pandemia sin precedentes que confinó al mundo, de todas formas y para sorpresa de nuestra anfitriona: “Todos los días hay un socio nuevo y eso me da fuerza para seguir”.

Ella entiende que esto se da porque “no es tan fácil encontrar una película (que guste) en una plataforma” y el cliente siempre busca recomendaciones. “Se efectúa un vínculo y hasta se llega a dar con qué necesita ver puntualmente ese día”.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Su local cumple 36 años en 2021, en otras épocas llegó a haber tres sucursales y más de 10 empleados, hoy se sostiene con una atención personal y hasta el momento se desentiende de aquellas opciones de reconversión del comercio.

“El nuestro es puro”, sentencia Silvia, mientras señala la puerta del local donde “mucha gente viene a sacarse fotos” como si fuera un lugar histórico o una estatua de un prócer.

En este sentido cuenta cómo una madre llevó a su hija para que conozca cómo era ver películas en años anteriores y, entre lamentos, desliza: “Hay nenes que nunca entraron a un videoclub”.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Por 100 pesos, Silvia ofrece un DVD durante 7 días (los alquileres generalmente duraban un día, pero la pandemia y la voluntad de ella lo extendieron seis días más). “Quiero que la gente se lleve la película y no que duerma en la estantería”.

La adaptación a las redes fue imperiosa para la dueña de Premier por la pandemia y el aislamiento y fue clara al decir que no es un “negocio a futuro”, sin embargo buscará solventarlo “con otra cosa” con total de no cerrar sus puertas.