Política y Economía

Clacso 2018

El vice boliviano fue el foco del segundo día de la «contracumbre»


El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, fue el principal foco de atracción de la segunda jornada de la llamada «contracumbre» del G20 en Ferro, luego de que el ex presidente de Uruguay José Mujica se excusara de participar del encuentro.

Ante un auditorio casi repleto, el intelectual auguró que «este neoliberalismo» que gobierna en la mayoría de los países del Cono sur «es fallido, de corto plazo y se va a agotar», al tiempo que remarcó que «hay que prepararse para la segunda oleada de gobiernos progresistas y de izquierda en el continente».

García Linera también instó a que las fuerzas progresistas que quedaron relegadas del poder en los distintos países de América Latina practiquen una autocrítica reconociendo «qué se hizo bien y qué se hizo mal».

«A diferencia de los ‘80, cuando el neoliberalismo era una esperanza, ahora es un neoliberalismo zombi que sólo moviliza odios y resentimientos», analizó durante el primer Foro Mundial del Pensamiento Crítico de Clacso.

El vicepresidente de Evo Morales compartió panel con el confundador del partido español Podemos Juan Carlos Monedero, quien remarcó que «al modelo neoliberal cuesta tanto combatirlo porque no sólo es un modelo, es un sentido común que ha captado buena parte del imaginario».

Sin embargo, el politólogo español confió en que existe una «posibilidad de reconstruir ese espacio llamado izquierda» gracias a «la fuerza en la calle».

«Todo lo mejor lo ha traído la izquierda. Que nadie nos quite la alegría diciendo que la izquierda ha fracasado», remató el ibérico.

En otra actividad del foro, el ex presidente de Colombia Ernesto Samper afirmó que, a excepción de la Argentina, «los partidos políticos se desconectaron de los movimientos sociales en América Latina».

«Hemos tenido en el pasado reciente la llegada de Evo (Morales) o de (Rafael) Correa acompañados de los movimientos, pero hoy los partidos tendrían que recuperar su sintonía con los movimientos», planteó.

En otro orden, Samper identificó un «hilo conductor» sobre el comportamiento del Poder Judicial en la Argentina, Brasil y Ecuador: «A Dilma (Rousseff) le dieron un golpe de Estado, no como lo conocíamos antes, sino como producto de una conspiración de los poderes fácticos que es la misma que le están tratando de hacer aquí a Cristina (Kirchner) y en Ecuador a (Rafael) Correa, y que tiene que ver con que utilizan la Justicia porque no nos pueden derrotar en el plano político».

El ex mandatario encadenó estos hechos con la detención y «proscripción» política del líder del PT brasileño, Lula Da Silva, ante lo cual consideró que las elecciones en ese país fueron fraudulentas: «Es como si se secuestrara a todos los jugadores de River para que gane Boca la final del sábado», comparó.

Este martes también fue el turno del líder de la CTEP y del frente Patria Grande, Juan Grabois, quien afirmó que «la democracia burguesa tal como se la conoce está en crisis» y llamó a los movimientos sociales a tener una «relación dialéctica de crítica y confrontación con el Estado, aún cuando esté ocupado por compañeros como fue Cristina, Lula o Correa, para que sean mejores porque nadie es perfecto».

En tanto, el ex candidato a presidente colombiano Gustavo Petro cuestionó a las experiencias del campo progresista que gobernaron en los últimos años en América Latina por no haber puesta en tela de juicio el «modelo extractivista» basado en «la explotación del petróleo y el gas».

La primera jornada de la «contracumbre» había estado protagonizada por Rousseff y Cristina Kirchner.