Organizado por la Vecinal Dr. Maradona, esta edición de la emblemática movida mostró a más rosarinos e invitó a otros barrios a replicarla. CLG habló con Graciela y Gabriel: "Las calles son de los vecinos"
La postal que se vivió en el barrio Luis Agote se puede retrotraer a 10 años atrás, quizás 20 y seguramente aquellos que en los años 90 vivían en los barrios de Rosario la recuerden con fuerza, anhelo y la esperanza de que se vuelva a imponer. Un grupo de vecinos decidió «ganar la calle» y organizaron un «Veredazo» en Tucumán al 3300, entre Iriondo y Crespo. Las imágenes no dejan de ser emotivas por el recuerdo, vecinos con mesas y tablones en las veredas, niños jugando y paseando con su bicicleta y la unión entre los rosarinos. CLG habló con Graciela Servidia, integrante de la Vecinal Dr. Maradona, y Gabriel Rojo, integrante de la organización Vecinales Unidas.
Servidia comentó que la idea surgió por la preocupación ante la inseguridad y con el objetivo que la «gente salga a la calle y que vuelva a recuperar el espacio público». Si bien no es la primera vez que se realiza, la «edición del miércoles fue superadora» y la gente copó la calle Tucumán con reposeras y niños jugando desde las 20.30 hasta la medianoche.
«Los mismos vecinos recuerdan que hace unos años se hacía y que salían a la calle a comer juntos, a despedir y compartir este momento para conocerse, ser amigos y cuidarnos. Tenemos que entender que unidos podemos mejorar el barrio y tener otra calidad de vida», aseguró Graciela.
El recuerdo de las noches en la vereda para la vecina de Agote «es hermoso» y le daba al barrio «vida y comunidad entre vecinos». «La inseguridad nos fue robando espacio y lo queremos recuperar», aseveró.
Graciela y la vecinal Dr. Maradona se vieron sorprendidos por la gente que se enganchó, el timbreo «casa por casa» alentó a los vecinos y quedó reflejado en una joven rosarina. «Una chica con su hija recién nacida -relató Servidia- me dijo que se le puso la piel de gallina. A los jóvenes les encantó la idea porque se acuerdan cuando eran chicos y se hacían».
«Ahora -continuó- saben que sus hijos van a tener que jugar en un departamento o en el club y antes el club era la vereda».
La idea se replicó en varios barrios como Godoy, cortada Dabat al 6800, Pasaje Urraco de zona sur, Campbel 2400, Danieri al 3100 de la Vecinal Dr. Rivarola y la zona de Donado Martínez de Estrada, entre otras. Sin embargo, Graciela sostuvo que hay vecinales y barrios que no llegaron a organizarse para fin de año, pero lo harán la próxima semana y así recibir al 2022.
«A la gente le encantó, y si la pandemia nos permite ojalá se vuelva a jugar al carnaval», agregó la mujer y trajo a la conversación una vieja práctica donde los barrios se veían abrumados por bombuchas, pistolas de agua, mangueras, baldes y mucha diversión.
Fueron casi 10 familias enteras, vecinos de otras cuadras y hasta rosarinos que viven solos en los edificios de calle Tucumán. También se hicieron movidas similares en San Nicolás al 400 y Brown al 2200. Todo Luis Agote a la calle. «Fue de mucha alegría, esto va a seguir y va a venir cada vez más gente», dijo sin dudar Graciela, que contó más particularidades de la noche que se vivió en el barrio: «Había vecinos que nos se conocían entre sí y una pareja muy joven nos dijo que era la primera vez en 12 años que comían en la vereda».
Por su parte, Gabriel Rojo, quien además de integrar la vecinal del Parque España forma parte de la organización Vecinales Unidas, aseguró que van a continuar promoviendo la iniciativa en distintos barrios hasta pasadas las fiestas «para afianzar vínculos entre los vecinos».
En este sentido, coincidió con la idea de Servidia, al destacar «la necesidad de que esto se replique para que la gente tome conciencia que el espacio público nos pertenece».
Rojo señaló que el eje central de la propuesta es la recuperación del barrio por parte de los vecinos: «La idea es retomar un elemento cultural de nuestra ciudad que en los últimos años, y por fruto de la inseguridad, se fue perdiendo», señaló.
En la misma línea, agregó: «Si uno sale del área céntrica, donde prima la propiedad horizontal y los estudiantes universitarios, se puede ver que es común entre vecinos no solo celebrar las festividades, sino también pasar las calurosas noches de nuestra ciudad, más aún con los cortes de luz. Nuestra propuesta es esa, también para decir que no nos va a ganar el miedo que siembra el delito para su provecho».
Comentó, además, que la modalidad de la convocatoria fue timbreando casa por casa para invitar a la actividad y las redes sociales jugaron un rol importante en ese aspecto. «Superó nuestras expectativas, seguiremos promoviéndola porque las calles son de los vecinos”, cerró.