La energía generada podría cubrir todas las necesidades energéticas de la Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco quiere que la Ciudad del Vaticano funcione con energía solar y para conseguirlo, se instalarán paneles solares en una propiedad vaticana, en las afueras de Roma.
La energía generada podría cubrir todas las necesidades energéticas de la Ciudad del Vaticano.
En una carta apostólica emitida por iniciativa propia, el Papa dijo: “Es necesaria una transición hacia un modelo de desarrollo sostenible que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, aspirando a la neutralidad climática”.
La construcción se llevará a cabo en una propiedad del Vaticano situada a unos 11 kilómetros de Roma, en la zona de Santa Maria di Galeria, que actualmente se utiliza para la emisión de Radio Vaticano.
El sistema combinará la producción de electricidad renovable con las necesidades del terreno agrícola subyacente. Para la construcción, el Papa ha dado a dos comisarios especiales plena autoridad para dirigir el proyecto.
El Papa tiene un compromiso con el medio ambiente
En su carta, el pontífice continúa diciendo: “La humanidad posee los medios tecnológicos para afrontar esta transformación ambiental y sus perniciosas consecuencias éticas, sociales, económicas y políticas, y la energía solar desempeña un papel fundamental entre estas soluciones”.
El Papa Francisco fijó su posición sobre la crisis climática ya en 2015, cuando dijo que “renovaría el diálogo” sobre cómo estamos “construyendo el futuro del planeta”.
“Existe un fuerte consenso científico que indica un preocupante calentamiento del sistema climático. En las últimas décadas, este calentamiento ha ido acompañado de una subida constante del nivel del mar y de un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos”, escribió el Papa en una carta llamada Laudato Si’ en mayo de 2015.
En julio de 2022, las cosas se formalizaron cuando el Vaticano se adhirió a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, un acuerdo global entre naciones para hacer frente a la “peligrosa interferencia humana en el sistema climático.”