Los restos de la conductora y modelo Natacha Jaitt fueron inhumados este domingo en el cementerio judío ubicado en la localidad bonaerense de La Tablada bajo los honores de esa religión. El rabino encargado del entierro fue Adrián Herbst, según publicó la AJN.
Si bien en un principio se indicó que el entierro iba a ser el lunes a primera hora, finalmente se llevó a cabo este domingo por la tarde.
Según confirmó la Agencia Judía de Noticias (AJN), se demostró la judeidad de la madre de Natacha, requisito necesario para poder ser enterrada en un cementerio judío. Los restos de Jaitt se encontraban en el edificio de la funeraria de la calle Loyola a la espera de ese detalle que finalmente quedó confirmado, por lo que la conductora y modelo fue inhumada en La Tablada, partido bonaerense de La Matanza.
Para la tradición judía, solo es judío aquel que proviene de un vientre judío y justamente quedó establecido que la madre de Jaitt había sido convertida al judaísmo cuando ella era muy joven.
Por lo tanto, se realizó el entierro bajo la tradición religiosa, tras un pedido realizado por su familia. El cortejo fúnebre salió desde la sala velatoria ubicada sobre la calle Loyola 1139 en el barrio porteo de Villa Crespo.
«Los que quieran despedirla a mi hermana estaremos en el cementerio La Tablada a las 13:30 hs. Muchas gracias», informó Ulises minutos antes del partir a despedir a su hermana.
El cortejo fúnebre arribó alrededor de las 13.50 y en la entrada a la necrópolis se reunieron varios vecinos que aplaudieron mientras los autos ingresaban. La ceremonia duró cerca de una hora y de la misma participaron decenas de familiares y amigos de Jaitt.
Horas antes, el conductor aseguró que «hay contradicciones» en las declaraciones de los testigos que estuvieron junto a la víctima y remarcó que va a «hacer justicia por su memoria».
«Algunos dicen que ella llevó drogas, que consumió y otros dicen que no. La mitad de los que estaban ahí dicen una cosa y la mitad, otra. Hay un mundo de contradicciones. Y eso me alarma porque no coinciden en su relato», sostuvo Ulises, recién llegado de Brasil. En ese sentido, se planteó «quién miente y quién dice la verdad?», al tiempo que reveló que ya le hicieron pericias externas al cuerpo de Natacha, pero que resta esperar el resultado de las internas.
«Voy a investigar hasta el final y saber qué pasó. Voy a hacer justicia por la memoria de mi hermana. Si es un salón de fiestas, ¿por qué hay una cama?», cuestionó sobre Xanadú, el lugar en el que se llevó a cabo la reunión de trabajo a la que asistió su hermana el viernes por la noche.
Asimismo, remarcó que «ella tenía miedo porque en su momento dijo cosas de personas muy importantes». Además, añadió: «Ella me había contado que tenía que reunirse con ellos y me había dicho que quería que conociera el lugar. Yo la acompañaba a todos lados».
Cuando la Policía y los médicos llegaron al salón de eventos, donde se encontraba el cuerpo de Jaitt, estaban allí dos hombres que aguardaban la llegada de las autoridades.
Las dos personas fueron identificadas como Guillermo Riconi, el dueño del salón, y un amigo de la modelo llamado Raúl Velaztiqui Duarte, que había llegado con Natacha para mantener una reunión de trabajo, según explicaron. Ulises indicó que su hermana había conocido a estos hombres por medio de Lissa Vera, su amiga y cantante de Bandana.
En ese aspecto, Jaitt ya había estado anteriormente en el complejo de Villa la Ñata, y había subido a las redes sociales un video breve en el que se encontraba en el restaurante del lugar con la cantante.
En otro orden, el conductor radial explicó que «Natacha no quería ir a Brasil» porque «tenía la cabeza en otro lado» y reveló que ella le había pedido que fueran su hija Antonella y él.
«Me mandó a mí y la perdí», sostuvo Ulises en declaraciones formuladas a la prensa, tras llegar el sábado de las playas de Ferrugem luego de enterarse que Natacha había sido hallada sin vida en ese salón de fiestas en Villa La Ñata, partido bonaerense de Tigre.
Por otra parte, explicó que su sobrino Valentino, fruto de la relación de Natacha con Mariano Yospe, que murió en 2011, todavía no se enteró la noticia.
«Está en la casa de un amigo viendo los dibujitos. Le pedí a la madre del nene que le saque el celular y cuando pase el entierro voy a ir a buscarlo y se lo voy a contar con la ayuda de profesionales», explicó Ulises en la puerta de la casa que compartía con Natacha en Villa Urquiza. En ese sentido, sostuvo que pedirá la tenencia de su sobrino de 12 años, quien tras la muerte de su madre quedó huérfano.
«Hace siete años que vivo con él, soy clave en su parte educativa porque mientras estaba en la primaria, ya estaba con nosotros. Ahora está por empezar la secundaria. Ya es como un hijo, lo amo y no lo voy a dejar solo. Voy a pedir la tenencia de Valentino», agregó.
Respecto a su sobrina Antonella, de 21, explicó que está acompañada por su padre y que aún no sabe si irá al entierro, al tiempo que detalló: «Lo van a decidir juntos y respeto la decisión». Ulises sostuvo además que los testigos del hecho «hablan de una manera muy asquerosa, con un machismo y desprecio hacia la mujer».
«A ella la describen con algo de ‘tanga suelta’. También dicen ‘le pedí que me haga sexo oral’, ‘La toqué un poco’. Muy asqueroso, como si la mujer fuera un objeto. Dicen que en un momento Natacha se empezó a sentir mal y se quedó acostada. Pero ahí no sabemos si alguien le plantó la droga, porque no estuvimos ahí. No me quiero apresurar, estamos hablando de hipótesis. Vamos a esperar las pericias correspondientes», continuó Ulises.
Asimismo, lamentó que ninguno de los hombres que estuvieron en el lugar con su hermana se hayan comunicado con él: «No sé cómo pasan de hablar de trabajo a hablar de lo que pasó. Como todavía no están imputados y están libres, ninguno fue capaz de llamarme. Ya los voy a encontrar y charlar cara a cara».
Por último, reveló que la causa está caratulada como «muerte dudosa» y precisó que el sábado hubo peritos que realizaron una requisa en su casa y no encontraron estupefacientes. «Estuvieron en su cuarto y vieron que no había droga», concluyó.