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El turista australiano apuñalado se encuentra en «coma farmacológico»


El hombre fue apuñalado cuando hacía ejercicios en los alrededores de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires 

El hombre fue apuñalado cuando hacía ejercicios en los alrededores de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires

Un turista australiano fue apuñalado el pasado sábado en la zona de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) por una persona que intentó robarle. La víctima se encuentra internado en «coma farmacológico».

Los investigadores creen que el mismo ladrón había asaltado unos veinte minutos antes y en el mismo lugar a otro transeúnte, aunque éste no resultó lesionado.

Según las fuentes, el caso del turista australiano ocurrió el sábado último cerca de las 7.10, cuando una persona que circulaba por la plaza situada al lado del Museo Nacional de Bellas Artes vio a un hombre herido y llamó al teléfono de emergencias 911.

De acuerdo a los voceros, los policías que acudieron se entrevistaron con la víctima, quien les explicó que mientras realizaba actividad física en el lugar fue sorprendido por un delincuente que lo amenazó con un arma blanca para exigirle sus pertenencias.

Como el turista se negó, el ladrón le aplicó un puntazo en el pecho, a la altura del corazón, y huyó a la carrera, dejando en el lugar el arma que había utilizado, dijeron los informantes.

En tanto, el turista australiano fue trasladado hasta el Hospital Fernández, donde lo operaron de forma exitosa y quedó internado en el área de terapia intensiva con pronóstico reservado, donde se monitorea constantemente su evolución.

«El paciente se halla cursando el tercer día postoperatorio por un trauma torácico penetrante con lesión cardíaca. Su condición, si bien es estable, sigue siendo crítica, dado que requiere medidas externas de soporte para sus funciones orgánicas. Se halla en coma farmacológico», indicó el último parte médico de las 18 emitido por el hospital.

Según el mismo, el turista «permanece en asistencia ventilatoria mecánica, manteniendo parámetros satisfactorios de oxigenación» y «continúa con requerimiento de fármacos cardiovasculares para obtener los objetivos circulatorios buscados».

«Tolera correctamente el aporte nutricional. Continúa sometido a monitoreo multimodal, y a la totalidad de prácticas diagnósticas y terapéuticas que a cada fase son indicadas por el equipo multidisciplinario que efectúa su seguimiento», añadió.

A su vez, las fuentes precisaron que tanto el hombre como su esposa, que el domingo tenían previsto embarcarse en un crucero a Usuhaia, recibieron asistencia de la Defensoría del Turista, que acompaña su evolución junto a personal del Consulado y la Embajada de Australia.

Sin embargo, por su estado de salud, la víctima aun no pudo declarar sobre lo ocurrido ante el fiscal de la causa, Martín López Perrando, quien inició actuaciones por «robo y lesiones» y ordenó una serie de diligencias en procura de identificar y localizar al delincuente.

De acuerdo a los voceros, la principal hipótesis apunta a que el delincuente actuó solo y se movilizaba a pie y que se habría ocultado en la cercana Villa 31 de Retiro.

Por ello los pesquisas analizaban esta tarde las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona y buscaban testigos presenciales del hecho con el objetivo de obtener más pistas sobre el asaltante.

A su vez, los pesquisas constataron luego que otra víctima había denunciado a la Policía de la Ciudad que unos veinte minutos antes había sido asaltado en el mismo lugar por un delincuente con un arma blanca y con una modalidad similar, por lo que se cree que se trató del mismo ladrón que hirió al australiano, señalaron los voceros judiciales.

Otra fuente de la pesquisa aclaró a Télam que todo indica que se trató de un robo «al voleo» y que no actuó una banda dedicada a este tipo de asaltos, como en el caso del turista británico Matthew Gibbard (50), asesinado de un balazo el 14 de diciembre último cuando llegaba al Hotel Faena de Puerto Madero.

A partir de ese crimen se descubrió el accionar de una banda, mayormente integrada por venezolanos, que «marcaba» a los turistas extranjeros en el aeropuerto de Ezeiza y los seguían hasta los hoteles porteños en los que se alojaban para robarles sus pertenencias.