Conformada por el suizo-irlandés Christy Doran (guitarra), el suizo Lukas Mantel (batería) y el rosarino Franco Fontanarrosa (bajo), el grupo estrenará algunas obras, marcadas siempre por su combinación de jazz, rock, sensibilidad y virtuosismo
A cuatro años de su última gira por Argentina, el trío suizo-argentino Christy Doran’s Sound Fountain está de regreso. El proyecto que integran el destacado guitarrista Christy Doran (nacido en Irlanda en 1949, y que desarrolló su vasta trayectoria en Suiza), el suizo Lukas Mantel en batería y el rosarino Franco Fontanarrosa en bajo, ofrecerá una serie de conciertos que incluirán a las ciudades de Rosario y Santa Fe: el sábado 30, a las 21, actuarán en Ciudad Cultural Lavardén (Mendoza 1085) y el domingo 1, también a las 21, llegarán a El Taller Jazz Club de la capital provincial (1 de Mayo 2924). El grupo presentará por primera vez en vivo las canciones de «Lift the bar«, publicado en 2020. Pandemia mediante, la demorada gira de estreno se ampliará ahora con nuevas obras, seguramente atravesadas por la personal combinación de jazz, rock, sonidos étnicos, virtuosismo y sensibilidad que caracterizan al grupo.
Un proyecto que, desde su conformación, logró hacer de la distancia un motor productivo, intensificando las instancias de creación y toque en cada encuentro, en Suiza o Argentina, en las giras que los encontró por Chile, Bolivia, China, Grecia o Alemania. La convivencia, y una mirada común en torno a la música y su vastedad, hacen de las distancias culturales y generacionales apenas un condimento más dentro del cóctel sonoro del trío, que lejos de ser la suma de individualidades, ha logrado evolucionar hacia una voz común.
“Eso se profundiza cada vez más -reconoce Franco Fontanarrosa-. Se profundiza a través de tocar pero también de viajar, de comer juntos, de tener anécdotas, de ser amigos. Todo eso se escucha. Lo que está bueno de las bandas de verdad es que al fin y al cabo son un grupo de amigos. Y es fuerte cuando sentís ese vínculo humano, que no son tres oficinistas que vienen y tocan. Eso para mí se va haciendo cada vez más notorio. Siempre me conecté mucho con ellos dos, siento que son amigos super profundos con los cuales he hablado, y hablo, de temas muy privados, personales. Y lo que no me deja de sorprender de Christy es que es como un alma joven, un tipo muy abierto, con una cabeza increíble. No hay una sensación de que estás con una persona más grande. Eso se nota en su música también».
El regreso del trío a la Argentina representará la primera oportunidad de escuchar en directo las obras de «Lift the bar», disco donde vuelven a tomar al jazz como plataforma para avanazar hacia géneros y climas que van desde lo onírico a lo rockero, de pasajes próximos a lo experimental hasta momentos de introspección. Publicado en 2020 por el prestigioso sello Between the lines, «Lift the bar» sigue resultando representativo del estilo del trío. A la distancia, Fontanarrosa reconoce: «Me encanta el disco, me parece que está buenísimo. Ahora que lo retomamos para tocarlo en vivo, para mi sorpresa lo tenía bastante fresco, y me empecé a acordar justamente del trabajo que nos había llevado. La verdad es que me encantan los temas. En lo personal en estos tres años siento que cambié mi manera de tocar: ojalá haya evolucionado, que pueda agarrarlos ahora y pensar en cosas distintas, poder tocarlo de otra forma”.
– Algo que siempre destaca en el trío es que, si bien hay virtuosismo, no hay una sobreexposición deliberada. La destreza y la ductilidad están puestas en función de la obra.
– Para mí una de las cosas más difíciles con la música compleja es que no suene tan «cabezona», que suene a música. Si tenés un pasaje musical muy complejo, que no sea una especie de capricho, sino que el resultado musical sea lindo. Los tres tenemos esa idea en la cabeza: no sirve hacer algo difícil solo porque es difícil. De golpe podemos pasar de algo muy complejo a algo más abierto, libre. Es algo que hay que laburar, en el sentido de que justamente hay que trabajar para que la transición de una parte compleja a una simple sea orgánica. También hay que laburar cómo setear la cabeza para pasar de una parte muy difícil a otra más sensible. Todo eso está pensado. Es como si fueran las películas de David Lynch, que van de una escena re violenta a otra abstracta. Hay que lograr que la fluidez sea orgánica.
En tren de novedades, los conciertos sumarán algunos inéditos, aportados por esa inagotable usina creativa que es Doran. «Son temas un poco más simples, con una parte escrita y después espacio para improvisar. Los temas de Christy siempre tienen cosas difíciles, enrroscadas, frases rarísimas, pero quizás en estos temas nuevos no son tan largas. Son más como standards de jazz», anticipa Fontanarrosa.