La nutrición desempeña un papel muy importante. Los pacientes que padecen esta enfermedad deben recibir asesoría para un adecuado tratamiento nutricional
La nutrición desempeña un papel muy importante. Los pacientes que padecen esta enfermedad deben recibir asesoría para un adecuado tratamiento nutricional
Por Verónica Melero Álvarez
El tratamiento nutricional desempeña un papel importante en el manejo de la diabetes tipo 2. Si bien hay muchos factores que inciden en el desarrollo de esta enfermedad, una buena alimentación es determinante para controlarla y evitar complicaciones relacionadas. ¿Qué debes saber al respecto?
¿Qué es la diabetes tipo 2?
La diabetes mellitus es un trastorno metabólico crónico que se manifiesta con unos niveles de glucosa superiores a los recomendados en sangre. En el caso concreto de la diabetes tipo 2, el organismo deja de utilizar correctamente la insulina. Esta última es una hormona producida por el páncreas cuya función es ayudar a que la glucosa entre en las células y se utilice como energía.
Entre los factores de riesgo para desarrollar esta patología se encuentran: tener historia familiar de diabetes mellitus, la edad, padecer obesidad y la inactividad física. De hecho, es común que las personas que padecen diabetes tipo 2 también padezcan obesidad o sobrepeso.
En estos pacientes, la reducción energética en la dieta, mientras se mantiene un aporte adecuado y saludable de nutrientes en las comidas, es beneficioso para favorecer la pérdida de peso. Bajar de peso podría traducirse en beneficios tanto en el control glucémico como de la presión arterial.
Tratamiento nutricional en la diabetes tipo 2
Ya que no hay un patrón ideal para todos los pacientes, ni un porcentaje de macronutrientes que se pueda usar de forma general, según la evidencia actual, el tratamiento más recomendable sería un plan conjunto de alimentación y actividad física pautados por un profesional.
De acuerdo con el último consenso de la Asociación Americana de Diabetes (ADA), los objetivos del tratamiento nutricional deben ser:
- Mejorar los parámetros de hemoglobina glicosilada, reducir la hipertensión y los niveles de colesterol.
Conseguir y mantener un peso saludable (en este punto tiene especial interés la adherencia y cambio de hábitos del paciente). - Prevenir complicaciones.
- Por lo tanto, uno de los puntos que se deben tener en cuenta, una vez es diagnosticada la enfermedad, es el factor dietético.
Hidratos de carbono
Frutas, verduras, hortalizas, legumbres y cereales de grano entero. Estos alimentos deberían ser la principal fuente de hidratos de carbono en cualquier dieta saludable, pero en especial para estos pacientes. Al estar formados en parte por fibra, su entrada al torrente sanguíneo es más lenta y no se producen picos de glucemia.
Además, aumentan la sensación de saciedad, lo que ayuda al control del peso. Según diferentes estudios, el consumo de fibra parece tener un efecto beneficioso en los niveles de colesterol sérico y otras causas de riesgo cardiovascular como la hipertensión.
Por lo tanto, un consumo de aproximadamente 26 gramos al día en las mujeres y 28 gramos al día en los hombres es recomendable también en personas con diabetes tipo 2.
No es lo que pasa con los alimentos ricos en hidratos de carbono simples, donde encontraríamos bollería, dulces, zumos de frutas, etcétera. Estos alimentos están desprovistos de la fibra y, por lo tanto, su impacto en la glucemia es mayor.
El consumo de cereales de grano entero (cereales que conservan sus tres partes, germen, salvado y endospermo, también llamados integrales) se ha estudiado y, aunque no hay evidencia suficiente que justifique un mejor control glucémico con su consumo, se ha relacionado con una disminución de la inflamación sistémica y la mortalidad.
Edulcorantes no calóricos
Pese a que los estudios afirman que edulcorantes no calóricos como la sacarina o la estevia no alteran la función glucémica, muchos de los alimentos que los contienen sí podrían alterarla debido a los ingredientes utilizados en la elaboración del producto.
Usados como sustitutos del azúcar puede ser beneficioso para reducir el consumo de sacarosa o «azúcar de mesa», aunque se necesitan más estudios para confirmarlo.
Otros alimentos
En cuanto al resto de alimentos, las recomendaciones serían igual que para la población general. En el caso de las proteínas también deben ser individualizadas, pero las recomendaciones son como para el resto de personas. De hecho, la ingesta de proteínas de alto valor biológico podría relacionarse con una mejora de la respuesta a la insulina, sin aumentar la glucemia plasmática.
En el caso de la grasa, igual que en el caso de las proteínas; la evidencia sugiere que no es tan importante la cantidad sino la calidad de éstas. Se debería aumentar el consumo de grasas de buena calidad (semillas, aguacates, pescados grasos, etcétera) y disminuir las de peor calidad, existentes en carnes procesadas y alimentos precocinados, entre otros.
Otras recomendaciones para el tratamiento nutricional de la diabetes tipo 2 incluyen:
Elegir platos saludables en los que los hidratos de carbono sean de bajo índice glucémico.
Controlar los alimentos ricos en grasas trans y saturadas por su relación con el aumento de dislipemias.
En el caso del pescado, en especial el pescado azul, su recomendación es igual a la de personas que no padecen diabetes. Por su contenido en ácidos grasos omega 3, se recomienda tomar pescado graso al menos dos veces por semana.
Para disminuir el riesgo de dislipemia también se aconseja tomar alimentos ricos en esteroles (normalmente enriquecidos), siempre dentro de una dieta saludable.
El consumo moderado de productos lácteos, en especial los fermentados (como yogures y quesos), parece ser beneficioso en el control y prevención de la diabetes tipo 2.
Consejos para la el tratamiento nutricional de la diabetes tipo 2
Ya que muchos pacientes con diabetes tipo 2 padecen sobrepeso u obesidad, un plan nutricional adaptado, junto con el ejercicio físico, es de vital importancia para disminuir el peso y reducir el riesgo de complicaciones. En general, algunos consejos que se deben atender son:
- Realizar una distribución de comidas utilizando alimentos frescos y saludables, teniendo siempre en cuenta las preferencias y características del paciente.
- Disminuir el consumo de alimentos específicos para personas con diabetes. Normalmente escasos en fibra y ricos en grasas de mala calidad ,por lo que no se podrían considerar alimentos saludables. Solo consumirlos de forma puntual.
- Reducir los azúcares libres como el «azúcar de mesa» (sacarosa) y los alimentos ricos en éstos (pasteles, bollería, dulces, helados, cereales de desayuno azucarados y los zumos), pero también platos precocinados, salsas preparadas, etcétera, ya que además de contener una alta cantidad de azúcar son ricos en grasas trans, saturadas y sal. En lugar de eso, es recomendable aprender a hacer nuestras propias recetas, eliminando o sustituyendo el azúcar por otros alimentos. Por ejemplo, endulzando con frutas.
En personas que se administran insulina, insistir en la educación nutricional para equilibrar la dosis de insulina con la toma de hidratos de carbono.
Es importante evitar el alcohol, ya que en estos pacientes puede aumentar el riesgo de sufrir hipoglucemia, sobre todo si son tratados con insulina.
En el caso de la sal, la recomendación para la población general es válida también para pacientes con diabetes, prestando especial atención a aquellos que, a su vez, padecen hipertensión. En este último caso, se debería reducir su consumo al máximo y, en su lugar, utilizar otros saborizantes como las especias.
Finalmente, el tratamiento nutricional para los pacientes con diabetes tipo 2 debe ser individualizado, ya que depende de las características de cada uno. Sin embargo, en general, se deben aplicar algunas pautas, como elegir una buena fuente de hidratos de carbono, excluir las fuentes de azúcares y grasas trans, moderar la ingesta total de calorías, etc.
(*) Verónica Melero Álvarez
Graduada en Nutrición humana y Dietética por la Universidad Complutense de Madrid en el año 2016. Máster oficial en Nutrición personalizada y Comunitaria por la Universidad de Valencia (2017). Dentro del campo de la nutrición está especializada en Nutrición clínica y ha realizado el curso en coaching nutricional, además de asistir a otros cursos y congresos de su profesión. También tiene conocimientos en Nutrición deportiva.