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El suero hiperinmune: una esperanza de la ciencia argentina para frenar el coronavirus


Se trata de un suero equino terapéutico para tratar pacientes infectados con COVID-19, que demostró en pruebas in vitro la capacidad de neutralizar al virus SARS-CoV-2

Una de las paradojas más delicadas que instala la idea de colapso sanitario en esta pandemia global -sin importar la geografía- por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 es que no solo afecta a la gestión eficaz de la pandemia, sino también impacta negativamente en el avance hacia la cura, porque se dificulta la implementación de los estudios clínicos.

Desde que apareció el coronavirus -hace más de 5 meses con los primeros brotes masivos en la ciudad china de Wuhan y desde el 11 de marzo 2020 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) oficializó el concepto de pandemia mundial – cada laboratorio científico alrededor del globo emprendió una carrera imparable para investigar y estudiar tratamientos para frenar el COVID-19, hasta la aparición de una vacuna preventiva y masiva. Las teorías científicas más robustas -hasta hoy todas en una etapa preliminar- provienen de los antiinflamatorios, los antivirales, plasma de convalecientes y ahora se suma a esta lista de favoritos, el suero equino hiperinmune. La mayoría de los especialistas creen que la clave será una combinación de fármacos y terapéuticas con el fin de sumar sus efectos y sobre todo de precisar el abordaje según el estadio del paciente (sea leve, moderado o crítico).

¿Por qué entonces el suero equino hiperinmune suena como una terapia prometedora capaz -in vitro- de neutralizar al virus SARS-CoV-2? La secuencia del hallazgo es compleja pero breve: el caballo por naturaleza tiene una gran capacidad para generar anticuerpos. Existe un antígeno -extraído por ingeniería genética de la proteína RDB del virus SARS-CoV-2- que genera muchísimos anticuerpos cuando se lo inyecta al caballo. El objetivo del hallazgo científico es extraer un suero masivo y potente que luego pueda ser usado como protección para los humanos ante el COVID-19.

Es la misma estrategia que se usó para la vacuna recombinante de la Hepatitis B. Y además la producción de sueros equinos hiperinmunes se utiliza desde hace años para el tratamiento contra el veneno de serpientes y alacranes o contra la toxina tetánica o contra el botulismo.

Fruto de un trabajo de articulación público-privada encabezado por el laboratorio Inmunova (Grupo Insud), el Instituto Biológico Argentino (BIOL), la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán” (ANLIS), con la colaboración del CONICET, la Fundación Instituto Leloir (FIL), Mabxience y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) el resultado del conocimiento transdisciplinar quedó envuelto en un frasquito de vidrio con tapa azul. Ahora Inmunova se encaminan hacia la etapa fundamental de la investigación científica para probar en humanos todo lo se vio in vitro. Aún aguardan las aprobaciones para esta última etapa de la autoridad regulatoria Nacional.