Por Jorge Colina*
El sistema previsional que gestiona la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) hace rato que viene en déficit. Con la pandemia va en abrupta caída.
En 2009, con la eliminación del régimen de capitalización, la ANSES tuvo un excedente de 0,8% del Producto Bruto Interno (PBI). En el año 2015, este excedente pasó a un déficit de -0,7% del PBI.
¿Por qué se fue al déficit, si entre el 2009 y el 2015 estaba vigente la fórmula de movilidad –que ahora se quiere restablecer– que ajustaba los haberes con los ingresos de ANSES?.
Mirando en retrospectiva, aparece que ciertamente la vieja fórmula de movilidad –que dentro de poco será otra vez «nueva»– aumentó los haberes previsionales a razón de 31% promedio anual, que es el crecimiento que tuvieron los ingresos previsionales.
Pero el gasto previsional no crece sólo por lo que aumentan los haberes, sino que también crece porque se otorgan más beneficios previsionales. En el período 2009 – 2015, las jubilaciones dadas con las moratorias previsionales pasaron de 2,2 millones (2009) a 3,2 millones (2015).
Además, las jubilaciones con moratorias se superponen con pensiones por sobrevivencia que muchas cónyuges mujeres heredan de sus maridos fallecidos. Esto hizo que 1,2 millones de personas estén cobrando doble beneficio de la ANSES: una jubilación generalmente otorgada con las moratorias y la pensión por el cónyuge fallecido.
A finales del 2015, la Corte manda devolver a las provincias el 15% de la coparticipación que hasta ese momento iba a la ANSES.
Esta decisión, más la crisis económica, reducen los ingresos de la ANSES llevando el déficit previsional a -1,2% del PBI en el 2019. En el ínterin, en el 2017 se cambió la fórmula de movilidad hacia 70% inflación y 30% salarios, porque la fórmula vigente implicaba reducir las jubilaciones dada la decisión de la Corte de quitar recursos a la ANSES.
Luego vino la pandemia. Los ingresos previsionales se desplomaron, pero las jubilaciones se siguieron pagando, incluso con aumentos discrecionales –sin regla de movilidad– dados por el nuevo gobierno. Con esto se proyecta que el déficit de la ANSES subirá a 7% del PBI en el 2020.
El ciudadano común no verá este déficit, porque lo cubre el Tesoro automáticamente. Lo que el ciudadano ve es la inestabilidad cambiaria y la inflación que provoca el Tesoro cuando se financia con deuda atada al dólar o con el Banco Central.
Ahora se habla de cambiar la regla de movilidad por inflación y volver a la regla de los recursos de ANSES. La historia del 2009 – 2015 mostró que esto puede ayudar a contener el aumento de las jubilaciones. Pero no resuelve el déficit previsional que se produce por el otorgamiento de jubilaciones sin aportes. Para esto último, hay que eliminar definitivamente las moratorias y dejar a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) como única cobertura para la gente sin aportes o con aportes insuficientes.
(*) – Economista del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).