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A causa de la contaminación

El "síndrome de ojo seco" afecta a más cantidad de personas


Un síndrome más frecuente en mujeres mayores

Aunque la edad en la que puede manifestarse el síndrome de ojo seco es variable, las consultas al oftalmólogo que motivan sus síntomas son más frecuentes en personas mayores de 40 años y en las mujeres, en donde el síndrome es extremadamente frecuente durante el climaterio. De hecho, los cambios hormonales asociados con la menopausia son una de las razones principales por las cuáles las mujeres son las más afectadas por la condición de ojo seco. Esto se debe a que los cambios hormonales se traducen en alteraciones en la producción de las lágrimas. Y no sólo los cambios hormonales que se producen en la menopausia. Las distintas condiciones que afectan el funcionamiento de la glándula lagrimal o de sus conductos, incluyendo enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide, implican una disminución de la secreción lagrimal y por lo tanto predisponen a desarrollar el síndrome de ojo seco.

Tratamiento y medidas de prevención

Dependiendo de la severidad con la que se manifiesta el síndrome de ojo seco y sus síntomas, el tratamiento tradicional es farmacológico y local, mediante el uso de lubricantes artificiales, en gotas, geles o ungüentos. En casos más severos se indican, colirios de suero autólogo o colirios de fármacos inmuno moduladores y es común recurrir a la obturación de los canales evacuatorios de las lágrimas con implantes, a fin de retener lágrimas en la superficie ocular. En todos los casos, el objetivo principal del tratamiento es restaurar la estabilidad de la superficie ocular y de la película lagrimal, al romper el círculo vicioso del padecimiento. Medidas generales como el uso de protectores solares y de viento con anteojos adecuados también suelen de gran utilidad cuando las condiciones del medio ambiente lo ameritan. Otras medidas útiles son: no fumar y evitar recibir el humo indirecto, el viento directo y el aire acondicionado; utilizar un humidificador, particularmente en el invierno; reducir el uso de medicamentos para la alergia y el resfriado que pueden resecar la superficie ocular y empeorar los síntomas; parpadear a propósito más a menudo y descansar la vista de vez en cuando; limpiar regularmente las pestañas y aplicar compresas calientes. El tratamiento oportuno y adecuado del síndrome de ojo seco permite evitar los efectos de su progresión que, al dañar severamente la córnea, pueden causar úlceras e incluso, en los casos más avanzados, pueden hacer necesario un trasplante de córnea. Dicho trasplante es una intervención quirúrgica a través de la cual se sustituye una córnea que se ha visto deteriorada por traumatismos, infecciones, deformidades corneales o degeneraciones, por una córnea sana.]]>