“Pasamos de un modelo industrial a subsidiar el trabajo brasileño", manifestaron desde Soepu
El Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos (SOEPU) alertó sobre un cambio de época en la industria nacional tras el cierre definitivo de la planta de DOW en Puerto General San Martín.
La planta, única productora de polioles y éteres glicoles en Argentina, dejó de operar mientras la multinacional trasladó su producción a Brasil. Desde allí, DOW se reconvertirá en importadora, continuando la comercialización de productos que hasta hace un mes se fabricaban localmente.
“Pasamos de un modelo industrial, con producción local y mano de obra calificada, a subsidiar el trabajo brasileño. Ahora importamos productos que producíamos y concentramos la comercialización en pocas manos, afectando a numerosas pymes”, denunció el sindicato.
El cierre de DOW, la primera planta química clausurada en la era Milei, marca, según el SOEPU, el inicio de un proceso de desindustrialización y primarización económica impulsado por el nuevo gobierno.
El gremio también destacó el cese de producción de TDI (disocianato de tolueno) en la planta de Río Tercero, insumo clave para la fabricación de espumas de poliuretano. Según SOEPU, Argentina ahora deberá importar tanto polioles como TDI, afectando sectores como la fabricación de colchones, la industria automotriz, la construcción y los electrodomésticos.
Falta de apoyo político
El sindicato, liderado por Mauricio Brizuela, cuestionó la falta de compromiso de las autoridades provinciales y nacionales. Señalaron como un ejemplo la “falta de tratamiento” de la ley de utilidad pública para la planta, aprobada en el Senado pero estancada en Diputados por disputas entre oficialismo y oposición.
“Han pasado 17 días y la ley sigue sin tratarse. Mientras tanto, casi todos los trabajadores de DOW han firmado acuerdos de desvinculación en el Ministerio de Trabajo de Rosario”, expresó el gremio.
Brizuela enfatizó: “Duele afirmar que DOW ya no producirá en Santa Fe. Logramos acuerdos de indemnización mejorados, pero el daño económico, social y psicológico es irreparable. Más de 100 trabajadores calificados están desempleados y el cordón industrial pierde 500 millones de pesos mensuales destinados al mercado interno”.
Advertencia de un efecto dominó
El SOEPU advirtió sobre un posible efecto dominó en la industria química nacional, que podría impactar negativamente a las empresas que llegaron a Argentina en tiempos en que la industria y el trabajo eran vistos como pilares de independencia económica y justicia social.
En este contexto, Brizuela señaló: “Los argentinos votamos cegados por administraciones mediocres, confiando en alguien que prometía estar fuera del sistema pero que es su mejor alumno. Seguiremos luchando, hombro a hombro, con quienes defiendan la industria nacional y el trabajo argentino”.