Ubicado en Uriburu y el río, convoca cada día a más gente. CLG dialogó con Jorgelina Sosa, quien deja la vida por dar un plato de comida. Conocé su historia y cómo ayudar
El comedor «El Señor» es un lugar conocido en la zona sur de la ciudad por el aporte social que brinda. CLG dialogó con Jorgelina Sosa, la encargada de llevar adelante el comedor comunitario ubicado en Uriburu y la costa del río.
Jorgelina se encarga todos los sábados de comprar alimentos, cocinar y darle de comer a más de 250 comensales. Pero la crisis económica que atraviesa el país, la inflación que sube cada vez más, la inestabilidad del dólar y los recortes en las ayudas sociales hacen cada vez más difícil la situación. “Los que antes me donaban, ahora no me están donando porque no le están bajando cosas a ellos. Ahora, tengo que comprar casi todo yo”.
La historia del comedor “El Señor” comenzó unos tres años atrás con cien personas. Hoy, casi triplica la cantidad y como dice ella, cada vez son más. “Antes ponía la mesa y le daba de comer acá, en mi casa. Pero como tengo el río, tengo miedo que los chicos se puedan llegar a caer. Así que, cada familia trae su tupper y les doy comida para que se lleven para toda la familia, para los hijos, las personas adultas que están enfermas, para todos”.
Cocina, lleva a los chicos al Jardín de los Niños, o recibe a víctimas de violencia de género. La solidaridad y el trabajo por la gente de su barrio que realiza Jorgelina emociona. Pero es ella quien no puede contener las lágrimas cuando habla de su trabajo y la necesidad que está afrontando últimamente.
“Todo lo que hago, lo hago de corazón. Me gusta lo que hago, ayudar a la gente. Todos los sábados, voy sacando de cada cosa, de cada changa para poder comprar. Así voy cocinando, el último sábado no cociné porque no tenía nada”, manifestó.
Entre las lágrimas, escupe la bronca. “Es una vergüenza el hambre que hay en el barrio, la gente se está muriendo de hambre. Eso se puede ver cuando hacemos ollas populares, ya que cada vez más gente viene a pedir comida”.
Jorgelina señaló que es tanto el hambre que se está viviendo que todos los sábados se acerca al comedor un señor de unos 76 años. Como tantos otros, este hombre asiste al comedor para buscar su plato de comida. El adulto de 76 años de edad vive en Villa Gobernador Gálvez y llega a la puerta de “El Señor” a pie. Una escena que puede graficar la situación que se vive en la actualidad.
Jorgelina comentó que necesitan que la sociedad la ayude: «Necesito que me donen cosas para la gente, ropa, zapatillas, comida, cualquier cosa sirve”. Las ayudas se pueden realizar comunicándose al teléfono 0341-153130316.
Finalmente, Jorgelina destacó la felicidad que siente cuando trabaja para su pueblo. “Cuando hacés las cosas de corazón, lo hacés porque lo sentís. No te puedo explicar lo que siento cuando le hago de comer a la gente, la alegría que uno tiene”.