Marcelo Gattolin tiene 52 años, vive en Santa Rosa de Calamuchita, y se dedica a viajar por el país con su novedoso vehículo, filmando todo y subiendo los videos a Youtube. En un año pasó de 10.000 a 50.000 seguidores. Contó su historia nuevamente en CLG
Por Santiago Ceron
Marcelo Gattolin es un rosarino residente de Santa Rosa de Calamuchita que a sus 52 años decidió darle un vuelco a su vida y empezó a dejar su vida laboral para apostar a un desafiante sueño personal: viajar por el país en una combi y mostrar sus andanzas a través de un canal de YouTube, combinándolo con sus relatos sobre las historias de cada lugar. Hoy, dos años y miles de kilómetros después, El Señor de la 48 se acerca a los 50.000 suscriptores, demostrando que la apuesta personal dio sus frutos.
En 2020, en plena cuarentena en Argentina, CLG publicó la historia de Marcelo y su canal en el que comparte los viajes que realiza a bordo de su tradicional Volkswagen Kombi T2, remodelada por él mismo. El rosarino que reside en Santa Rosa de Calamuchita contó en esa primera entrevista cómo en sus videos recorre rutas y caminos del país acompañado por su perra Lola, mientras relata historias de los lugares que visita y, según él, con el objetivo de cambiar la visión de los argentinos sobre su propio suelo. En ese entonces, El Señor de la 48 no llegaba a los 10.000 suscriptores. Hoy, menos de un año después, tiene cinco veces más.
Limitado por las restricciones que regían a nivel nacional, durante el año pasado Marcelo se las ingenió para seguir produciendo videos para su canal, pero no pudo ir mucho más allá de la provincia de Córdoba. Sin embargo, luego de algunas complicaciones personales, la llegada del verano y el fomento del turismo lo motivaron a aventurarse en un duro, pero maravilloso desafío: recorrer la Patagonia en su Kombi T2 del 1982. Acompañado por su fiel compañera Lola, viajó durante casi un mes por las rutas del sur y compartió cada destino con sus expectantes seguidores.
En ese sentido, CLG dialogó nuevamente con Marcelo Gattoni, quien habló sobre la evolución del canal en el último año y relató cómo fue su viaje a la Patagonia, plagado de obstáculos y tesoros.
—Pasó casi un año de la última vez que hablamos. Tenías menos de 10 mil suscriptores y hoy tenés 50 mil. Parece que te fue bien, ¿no?
—El canal empezó a crecer mucho a raíz de esta situación de pandemia. La gente empezó a ver YouTube, lo que es una alegría porque a través de mi canal y de otros youtubers se dejó un poco de consumir los medios tradicionales que sobreinforman y enferman. El canal fue creciendo, pero lo fue haciendo de una manera que a mí tampoco me conformaba del todo. Quería que la temática, la forma y la filosofía del canal sean de una impronta diferente dentro de lo que es el nicho de guía de viaje. Quería hacer algo con un estilo documentalista con una filosofía diferente: una reflexión de una persona mayor tiene otros valores y que sabe apreciar las cosas de una manera diferente. El canal se me estaba yendo para el lado de que parecía un cronista de Córdoba, y no era la idea. Más aún viendo que no recibía mucho apoyo del lado de las sierras. Hay gente que te saluda y te agradece, pero el apoyo viene de otros lados: de Rosario, Buenos Aires, La Pampa y demás. Entonces la idea era cortar con Córdoba, y empezar a recorrer otras partes del país.
El primer video del canal:
Esa era la idea, pero quedó trunca el 19 de marzo del 2020 cuando estaba en Merlo y me tuve que volver porque se decretó la cuarentena. De ahí en mas, todos los videos que se hicieron hasta diciembre estuvieron sujetos a lo que uno podía llegar a grabar en cada salida que hacía en lugares de la zona, porque no me podía mover mucho más allá del departamento con permisos bastante dudosos, con gente de la zona que en vez de apoyarte, te denunciaba.
—Pero en el verano se empezó a abrir todo, ¿qué viajes hiciste?
—Después de una situación bastante compleja en octubre cuando tuve un infarto y estuve alejado del canal por un mes, pude retomar mi idea recién en enero. Empecé a hacer videos de la zona de Traslasierra, con la idea de que sea un viaje que la gente pueda ir siguiendo.
—¿Después llegó lo de la Patagonia?
—Yo quería seguir por Traslasierra, pero surgió lo del sur y tenía muchas ganas de ir al mar. Mi idea era, camino al sur, pasar por La Pampa por un seguidor que me dio una mano muy grande, que es César. Entonces agarré la camioneta y salí con la perra. Estuvimos dos días muy lindos en La Pampa, recorrí la ruta 35, hice algunas paradas. Le llamó mucho la atención a la gente de La Pampa que un youtuber se pare, filme y hable de esa ruta. Esa ruta recta y monótona, pero que si uno quiere le va encontrando matices. Es olvidarse de tus pensamientos y mirar. Cuando se viaja con percepción uno disfruta de ese recorrido. Luego pasé por Bahía Blanca camino a Pehuén-Có. Seguimos para el sur, fuimos a Viedma y de allí al Balneario El Cóndor. Allí tuve un percance, se me rompió la cámara.
—Un youtuber sin cámara, difícil. ¿Qué hiciste?
—Estuve a punto de volverme porque es uno de mis elementos principales. Me quedó el dron, el teléfono y las cámaras deportivas para seguir trabajando. Hice una catarsis en las historias de Instagram y recibí un espaldarazo muy grande de los seguidores, que me convencieron a seguir, fue impresionante lo que escribieron. Decidí seguir, me fui a San Antonio Este, Las Grutas, y como venía todo bien encaré la ruta 23 hasta Bariloche. Allí subí por la 40 hasta Junín de los Andes, hice la ruta de los Siete Lagos, me fui a Villa Pehuenia. De Pehuenia podría haber seguido por la 40, pero decidí volverme directamente porque ya se me había ido un mes de viaje, cuando pensaba hacer 20 días.
Uno hace el recorrido interior. No me interesan los puntos de llegada, sino el descubrir. Me ponía puntos de pasada, pero sabía que en el medio iban a aparecer cosas. Apareció el Bosque Petrificado de Balcheta y otras historias que quedaron para otro viaje.
—Tu perra Lula te acompañó en todo el viaje, ¿tus seguidores la piden?
—Lula viene porque no queda otra, si la dejo sola se enferma. Yo creo que no la pasa tan bien en un viaje tan largo y con tanto tiempo arriba de la camioneta. Hay que cuidarla, hay lugares donde es peligroso que baje. Ahora trato de no meterla tanto en el contenido, por más que mucha gente quiere que esté la perra. Si quiere estar, que esté. Si se quiere ir atrás en la camioneta, que se vaya. No la quiero usar como león de circo, más allá de que cuando pongo una miniatura con Lula el video tiene más vistas.
—¿Qué fue lo que más te gustó del viaje?
—Todo lo que tiene que ver con la estepa, los pueblos donde la gente realmente pelea con la vida y las condiciones climáticas. No todos tienen gas natural y la posibilidad de estar calentitos en invierno. No es para cualquiera. Esa parte de la Patagonia es la que empieza a llamarte la atención, difiere mucho de la postal que uno ve de la zona cordillerana. Lo que es Bariloche o San Martín de los Andes me gustó mucho desde el punto de vista del paisaje hipnótico, pero no aporta más nada que eso. Hay falta de identidad.
https://www.youtube.com/watch?v=39zlCDnJcxA&ab_channel=Else%C3%B1ordela48
—¿Este viaje fue un hito importante para el canal?
—La idea fue dar un golpe de timón y no quedar pegado como una persona que habla sólo de Córdoba. Córdoba me dio muchos seguidores, y con esta apertura al resto del país me quitó algunos porque hay gente muy fanática.
—¿Qué es lo que se viene en El Señor de la 48?
—La idea era recorrer el norte de Córdoba, pero estamos demorados porque tenemos un problema mecánico. Iremos a hacer videos a lugares donde las temperaturas sean menos exigentes. Apenas podamos haremos el norte de Córdoba y algunas notas de lugares o personas específicos que tienen formas de vida muy diferentes al de las personas que miran el canal.