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El sector hotelero gastronómico perdió 220.000 puestos de trabajo por la pandemia


Foto: Juan José García

Bares y restaurantes solicitaron más flexibilizaciones para amortiguar la crisis. "Avanzar con un 50% del factor ocupacional y extensión horaria", indicó a CLG Alejandro Pastore, del Paseo Pellegrini

Ya no será posible compartir un matambre a la pizza en la tradicional parrilla Don Leo. Tampoco disfrutar de un trago en el moderno Queens Boulevard, o degustar un carlito especial en el mítico Bar Blanco. Ellos, como tantos otros comercios, no lograron superar el freno económico que impuso el aislamiento social por el coronavirus. Tanto es así que desde que se impuso la cuarentena obligatoria en Argentina el sector hotelero gastronómico perdió 220.000 puestos de trabajo.

«En virtud de lo que por suerte está ocurriendo en cuanto a la disminución de casos y la recuperación de distinto tipo de actividades, estamos solicitando una mayor flexibilización de nuestra actividad sobre tres ejes puntuales que ya hemos planteado en distintas oportunidades y que hoy reiteramos. Avanzar con un 50% del factor ocupacional de los negocios, ya que hoy estamos en un 30%. Ampliar la capacidad de las mesas a seis comensales, ya que hoy estamos con cuatro. Y la extensión horaria hasta las 2 de la mañana, al menos jueves, viernes, sábado y vísperas de feriado», indicó a CLG Alejandro Pastore, del Paseo Pellegrini.

«Las mesas de seis tiene que ver con que estamos excluyendo a varios grupos familiares de más de cuatro personas de poder acceder a la gastronomía e incluso en las situaciones de los partidos cuesta mucho organizar a las personas dentro de los bares en bloques de cuatro. Uno los organiza, pero la dinámica del partido y la efervescencia con que se vive hace que uno tenga que estar todo el tiempo encima de la gente pidiéndoles que no se muevan, que no se corran de mesa, sobre todo cuando vienen grupos muy numerosos y se dividen en varias mesas», agregó.

Y puntualizó: «En cuanto a la extensión al 50% del factor ocupacional, tiene que ver justamente con la posibilidad de ampliar la capacidad. Ayer veíamos fotos de mucha gente en las veredas de los bares mirando el partido desde las vidrieras porque la capacidad estaba completa. La foto de la gente amontonada en una vidriera es más contraproducente de la que podría generarse con una ampliación al 50%».

En relación al horario, Pastore puso de relieve que «es una cuestión cultural nuestra, en breve vamos a tener un anochecer más cercano a las 20.30 y hay que penar en un rango muy corto de atención tomando esto de las 0.30 nos lleva a que la gente se agrupe en un segmento horario y que cueste bastante organizarla. Pensamos que con mayor extensión horaria no creemos que va a impactar en que salga mucha más gente, pero sí creemos que la gente se va a distribuir de manera más homogénea y nos va a permitir ajustarnos aún mejor al cumplimiento del protocolo. Actualmente los viernes y los sábados se está rechazando mucho público en virtud de que rápidamente se ocupan los espacios disponibles».

«La situación económica afecta mucho, hay una pérdida del empleo, nosotros pasamos de 400.000 puestos de trabajo que tenía el sector hotelero gastronómico en marzo, hoy tiene 180.000. La realidad es que frente a la pérdida de empleo lo primero que uno restringe es lo que no considera esencial y básico, y la gastronomía tiene que ver con el ocio y el esparcimiento, por lo que queda descartado. Estamos convencidos que el año que viene tiene que haber un impulso muy importante en el empleo privado, porque de alguna forma va a haber que salir de esta enorme crisis», graficó.