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El rosarino y el día a día en las góndolas: «Todo aumenta, así no se puede»


A pesar de programas gubernamentales que buscan fijar un precio en ciertos productos, el bolsillo tiene capacidad cada vez para menos compras

Ir al supermercado se convirtió en una compleja aventura. Llegar a fin de mes en otra mucho más difícil. Los argentinos se acostumbraron a una inflación constante y los aumentos en las góndolas no sorprenden. A pesar de programas gubernamentales que buscan fijar un precio en ciertos productos, el bolsillo tiene capacidad cada vez para menos compras y las alternativas para ahorrar son una ley tácita de los clientes.

Supermercados, autoservicios y almacenes, segundas marcas, son algunas de opciones que utilizan para hacer «rendir» la plata.

CLG recorrió las calles de Rosario y dialogó con los ciudadanos que viven atormentados por los precios que ven en los pasillos del mercado.

«Todo aumenta, así no se puede», manifestó la primera encuestada que se mostró muy molesta y denunció que muchos precios no están en góndolas. Además aseveró que comenzó a buscar segundas marcas.

Otro, con ironía, aclaró: «Bajó el dólar, pero los precios no bajan». Y al referirse a las «segundas marcas» aseguró que también aumentaron, «pero no tanto como las primeras».

Un hombre explicó que ir al supermercado cada vez cuesta más porque «los sueldos se mantienen igual, sin embargo los precios aumentan».

Otra mujer planteó que los mayores aumentos se vieron en aceites y lácteos y en este sentido deslizó: «Ya no compras todo en el mismo súper».

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