La población de peces del Paraná depende de los ciclos hidrológicos y climáticos, por lo que el río bajo perjudica la reproducción y el crecimiento natural de ciertas especies
El río Paraná se mantiene estable desde esta semana con una altura de 90 centímetros frente a Paraná, la capital de Entre Ríos, pero 1,40 metros por debajo del límite de aguas bajas, que es de 2,30 metros, al igual que en otras ciudades del este entrerriano como La Paz, Diamante y Victoria.
En ese sentido, la Bolsa de Cereales de Entre Ríos alertó que el escenario «es grave», e «igual o peor que el año pasado», cuando el río Paraná mantuvo niveles muy por debajo del de aguas bajas y cerca de la altura de menor caudal, que fue de cero metros detectado en 1970 en la capital entrerriana.
«No hay disponibilidad de agua en los embalses como para mejorar los niveles actuales, y las lluvias difícilmente logren reponer estas deficiencias en la cuenca alta hasta muy avanzada la primavera», apuntó la entidad bursátil, por lo que espera «al menos un semestre muy complejo» para la agricultura de esa región.
Por su parte, el Instituto Nacional del Agua (INA) explicó que la tendencia climática «sigue siendo desfavorable», ya que durante la última semana «no se registraron precipitaciones sobre la alta cuenca del río en Brasil» y está previsto que esta situación «persista para la semana próxima».
Por ello, el organismo nacional prevé que el río Paraná se mantenga por debajo del metro en la capital entrerriana, e incluso llegue a los 50 centímetros.
También en Diamante, la altura del río se mantenía con 1,3 metros, por debajo de los 2,40 metros del límite y siete centímetros menos que el 1 de mayo.
En La Paz, el río Paraná tiene una altura de 1,34 metros, seis centímetros menos que ayer y 20 menos que a principios de mes y por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas.
Para esa ciudad entrerriana, el INA espera que la altura «continúe disminuyendo hasta los 1,25 metros», y se mantenga «por debajo del promedio histórico de abril desde 1996» de 4,30 metros.
En tanto, en Victoria el río creció hasta lograr una altura de 2,09 metros este mediodía, continúa descendiendo y posee una altura de 1,05 metros, aún por debajo de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas.
La Prefectura Naval Argentina (PNA) no pudo, entre abril y junio del año pasado, medir la altura en Victoria y Diamante, ya que el sistema de medición no permitía registros menores al metro de altura.
A raíz de la bajante, varias embarcaciones quedaron encalladas en barro seco, y salieron a la luz numerosos bancos de arena, anclas antiguas y los municipios debieron trabajar para mantener el servicio de agua potable en diferentes localidades de Entre Ríos.
También en algunos sectores del río se logra visibilizar sobre la superficie la manta protectora del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe.
La población de peces del Paraná depende de los ciclos hidrológicos y climáticos, por lo que el río bajo perjudica la reproducción y el crecimiento natural de ciertas especies.
Por eso, pescadores y comerciantes aseguraron que la pesca bajó notablemente respecto a años anteriores, al igual que las ventas.