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El río Paraguay, afluente del Paraná, alcanza su nivel más bajo en 50 años


Una gran sequía atenta contra la normalidad de uno del río más importantes del país guaraní y preocupan las economías y sociedades paraguayas y argentinas

Uno de los ríos que sirve como afluente del Paraná también está pasando por una sequía sin precedentes. Se trata del río Paraguay que alcanzó los niveles más bajos de los últimos 50 años. Las consecuencias están siendo devastadoras y no sólo atentan contra el país guaraní sino que también afecta a la Argentina.

Para Paraguay significa la llegada al Paraná y a partir de allí salida al mar lo que representa el 85% de su comercio exterior, pero en la parte Argentina, Formosa sufre la falta de agua para su población.

Según el cofundador de la ONG Sobrevivencia, Elías Peña, detrás de esta situación está el problema de la deforestación en la selva amazónica. «La destrucción de la selva amazónica en las últimas décadas se ha acelerado muchísimo. Y esa selva amazónica produce un porcentaje elevado de la humedad que recibimos en la cuenca del Plata», esbozó Peña.

La falta de agua disparó el precio de la principales importaciones de Paraguay, como el combustible, los fertilizantes y diversos alimentos no perecederos. De la misma forma de esa agua dependen muchos agricultores y pescadores.

La sequía también ha sido la principal responsable de los numerosos incendios que han azotado Paraguay, donde a principios de mes se decretó la emergencia nacional. Estos incendios también han devastado el pantanal brasileño, el mayor humedal del planeta, que también comparten Bolivia y Paraguay, y por el que discurre precisamente el río Paraguay.