Todos miran de reojo al físico de los futbolistas tras 6 meses sin jugar, pero hay una ventaja que no ven y Kudelka sí pondera
Por José Odisio
El regreso del fútbol parece acercarse, aunque el coronavirus insista con postergarlo. La autorización de AFA para comenzar a entrenar con el grupo completo de jugadores es un avance, genera ilusión, y en el Parque la expectativa está justificada, aunque la prudencia siempre debe estar presente en tiempos de Covid-19.
No hay ninguna duda que Newell’s tiene un muy buen plantel. La única pérdida significativa -muy importante- fue Cristian Lema. Y si bien llegó Manuel Guanini y está Fabricio Fontanini, hasta que ruede la pelota habrá ciertas dudas sobre la solidez defensiva que se había conseguido, en especial en el juego aéreo.
Pero llegó Ignacio Scocco, sin dudas la movida de mercado más significativa del fútbol argentino. Y es un valor agregado que si se acomoda al equipo, puede ser un salto de calidad que permita ser candidato en un torneo donde los equipos coperos no pondrán atención y muchos otros llegan desarmados.
¿Hay dudas? Las mismas que otros equipos en cuanto al parate extenso. Y también con el Covid-19. Todos miran de reojo al físico de los futbolistas tras 6 meses sin jugar, sin ponerse botines, entrenando en casa como pudieron. Y en Newell’s hay varios jugadores de gran jerarquía pero con una edad que obliga a entender mejor cómo reaccionarán sus cuerpos en el retorno. Maxi, Nacho, Pablo Pérez, Gentiletti y el Gato derrochan calidad, pero el cuerpo técnico está atento a que no se lesionen en medio de un torneo corto, donde cualquier problema muscular puede sacar de la cancha a un jugador por varios partidos.
Tal vez ese sea el punto débil de la Lepra, un recambio que no sobra. Hoy el banco puede presentar opciones viables como Fontanini, Nadalín, Aníbal Moreno o el propio Formica. Pero el resto son pibes, algunos con mucho talento pero escasa experiencia.
Obviamente hay una ventaja que pocos ven, pero Kudelka sí pondera. Newell’s mantuvo casi la totalidad del equipo titular. Y con el poco rodaje previo que habrá para todos, conocerse dentro de la cancha puede marcar diferencias. Es que el DT y los jugadores se quedaron con las ganas de ir por más en una Copa de la Superliga inconclusa. Y este torneo de fin de año, agarrado de los pelos pero valioso desde lo deportivo, es un objetivo en el que se puede soñar. Si el coronavirus lo permite.