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El recuerdo de un día negro: dirigentes peronistas y los bombardeos a Plaza de Mayo


Fernando "Pino" Solanas, Lorenzo Pepe, Roberto Digón y Felipe Vallese (hijo) rememoran lo vivido un 16 de junio de 1955 frente a la Casa Rosada

El embajador argentino ante la Unesco, Fernando «Pino» Solanas, los dirigentes sindicales Lorenzo Pepe y Roberto Digón, junto a Felipe Vallese (hijo), recordaron los bombardeos a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955, que causaron 350 muertos y forzaron la renuncia del entonces presidente Juan Domingo Perón.

En diálogo con Télam radio, Fernando «Pino» Solanas señaló que «el 16 de junio de 1955 es una fecha trágica para toda América Latina» y agregó: «No existen antecedentes en la historia de nuestro continente de que la aviación del país haya bombardeado a su propio pueblo en la plaza central, frente a la Casa de Gobierno».

Por su parte, el histórico dirigente sindical ferroviario, actual secretario general del Instituto Nacional Juan Domingo Perón, Lorenzo Pepe, sostuvo que «es una fecha para recordar con dolor y una oración a que los que murieron en ese brutal ataque de pilotos argentinos a ciudadanos argentinos».

El sindicalista Roberto Digón aseveró que ese fue «uno de los actos más cobardes que tiene la historia argentina» y recordó que estuvo a cargo de «un grupo de militares, apoyado por sectores de las corporaciones, de la cúpula eclesiástica y de sectores de la oligarquía, quienes dieron el golpe de Estado».

«Evidentemente estos sectores que están al servicio de sus intereses y de sus ventajas personales, todavía hoy tienen la misma actitud contra los gobiernos nacionales y populares», opinó Digón.

«Debemos recordar estas partes de la historia argentina para saber qué es lo que no tenemos que hacer y qué es lo que tenemos que defender», aseveró.

El 16 de junio de 1955, hace 65 años, la Aviación Naval y parte de la Fuerza Aérea se sublevaban contra el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón y bombardearon la Plaza de Mayo, al dejar caer cerca de 14 toneladas de bombas que provocaron más de 350 muertos y 2.000 heridos.

El propósito del alzamiento era matar a Perón, pero se desató una masacre que marcó el inició de la violencia política que envolvió al país hasta bien entrados los años setenta y quedó finalmente impune.

Felipe Vallese, hijo del primer detenido-desaparecido (que llevaba el mismo nombre), indicó que «es de no creer que nuestras propias Fuerzas Armadas hayan querido matar a un presidente, el cual también era militar, el cual también se formó en el Colegio Militar».

«Mi padre lo vivió, tenía 15 años: acudió a Plaza de Mayo pensando que era una marcha más, común y corriente, y una vez allí se dio cuenta lo que pasaba en realidad», recordó.

«Ahí es cuando Felipe comienza, después de este ataque que vio, a participar en la resistencia, y fue uno de los fundadores de la Juventud Peronista, junto a 40 compañeros más de esa época», agregó el hijo de Vallese.