Hace dos semanas falleció Nélida Iglesias, quien se destacó por su aporte solidario siempre arriba de su moto. Sus compañeros de ruta la recuerdan con emoción
Nelly Iglesias fue la primera mujer en obtener el registro de conducir profesional en Argentina, trabajó como camionera, fue motociclista solidaria y también era coqueta, divertida y amiguera.
Días atrás murió a los 91 años, y ahora es recordada por sus compañeros de ruta como «un ejemplo de vida», alguien que entendió que la edad no es un obstáculo para hacer «lo que a uno le gusta».
«Es un ejemplo de vida», dijo a Télam Oscar Paletta, presidente del Grupo Motociclista Solidario, del que Nelly era madrina e integrante.
Paletta habló así, en tiempo presente, aunque su compañera y amiga murió el 21 de mayo último.
Al ser preguntado sobre las enseñanzas de Nelly, el hombre mencionó el «no darse por vencido» y «que la edad no sea un obstáculo para hacer lo que a uno le gusta».
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En 1944, a los 16 años, Nélida Iglesias fue la primera mujer en Argentina en obtener el registro de conducir profesional y, oriunda de la localidad bonaerense de Florida, trabajaba como camionera.
Cuando se casó manejaba el coche que compraron ella y su marido, contó en una entrevista que dio a la Agencia Tao, pero todavía faltaba mucho para que comenzara su pasión por las motos.
En 1985, al morir su esposo, se sintió «un poco triste y sola en la casa», por lo que buscó «algo para distraerse» y decidió comprar «una moto chica, una Zanella», recordó al dar la entrevista, en 2015.
Un tiempo después, a principios de la década de 1990, salió a la ruta: «En ese momento las mujeres eran acompañantes -dijo-, las que manejábamos una moto propia éramos cinco o seis. La gente tenía miedo cuando llegábamos porque pensaban que le íbamos a destrozar las ciudades, pero el pueblo ya cambió de opinión hacia nosotros, llegamos y es una alegría».
Justamente fue ella una de las personas que ayudó a desarmar, en Argentina, los prejuicios hacia los motociclistas: «Imaginate, llegábamos con una abuelita de pelo blanco y decían ‘este tipo no puede ser malo'», contó su amigo.
Y agregó que Nelly «tenía más de 250.000 kilómetros recorridos» en moto.
En una entrevista con el programa Banda 3.0 de 2012, ella afirmó que en sus viajes por el país aprendió de historia «más que en la escuela primaria y secundaria».
Además de estar a la vanguardia de las mujeres «motoviajeras», Nelly fue madrina e integrante, desde 2011, del Grupo Motociclista Solidario, que tiene su sede en el partido bonaerense de Tigre y realiza, entre otras actividades, dos «motofestivales» por año: uno en agosto, por el día del niño, y otro en navidad.
«Trabajamos para los niños todo el año. Somos 15 muchachos -contó Paletta-. En los motofestivales no se cobra entrada. Pedimos un alimento y lo que reunimos lo mandamos a merenderos y comedores. Hemos llegado a recibir 15.000 personas.»
Hasta las cinco de la tarde, los festivales que organiza el grupo ofrecen actividades para niños y, después, empiezan los recitales de rock, a los que suelen ir bandas consagradas, como La Renga o Vox Dei.
La relación entre Nelly y La Renga, banda oriunda del barrio porteño de Mataderos, cobró fama en septiembre de 2018, cuando sus integrantes Chizzo, Tete y Tanque tocaron, de sorpresa, en su cumpleaños número 90, y las imágenes del festejo llegaron a las redes sociales.
Pero la amistad entre la motoviajera y los músicos llevaba años, y eso lo demuestra la canción «Motoralmaisangre» que La Renga compuso para ella en el 2000 y que incluyó en el álbum «La esquina del infinito».
«Si en sus manos ya no hay tiempo, todo está en su corazón. Va buscando aún su estrella, en las rutas su motor», comienza la canción, y en otro tramo dice: «Y al ver que en la ruta hierve la sangre de tu pasión, busca el secreto que trae el viento».
Nelly era delgada, usaba el pelo corto e iba a los programas de televisión sin casco, para no despeinarse, pero sí llevaba su campera roja y negra que en la espalda decía «motoviajera Florida», la misma que usaba en las caravanas por las rutas argentinas.
«No podía parar de hacer chistes», dijo Paletta, y eso puede comprobarse al mirar los videos de sus entrevistas, donde también contaba, con orgullo, que «todo el mundo» la conocía y que tenía muchos amigos.
Nelly murió en plena cuarentena por el coronavirus, por lo que sus compañeros de ruta no pudieron organizar una caravana para despedirla, como acostumbran los motociclistas, pero planean hacerlo cuando las circunstancias lo permitan, y como Nelly era devota de la Virgen de Luján, quizás el destino sea esa localidad bonaerense.
El Grupo Motociclista Solidario, al no poder organizar este año el festival del día del niño, ofrece actualmente, en su sede del partido de Tigre, tres ollas populares por semana: «Cuando hicimos la primera, hace dos meses, cocinamos para 80 personas. En la última vinieron 200», comentó Paletta.
Para realizar las ollas populares, el grupo depende de colaboraciones y donaciones, y se puede contactar con ellos a través de la página www.facebook.com/grupomotociclista.solidario.7.