Ariel Gastón Vázquez y Maximiliano Firma Paz estaban en el cuerpo hacía más de 20 años y estaban muy comprometidos con el servicio
Un incendio ocurrido en la tarde del martes en una perfumería de Villa Crespo se cobró la vida de dos bomberos de la ciudad de Buenos Aires: Ariel Gastón Vázquez y Maximiliano Firma Paz. Sus muertes generaron conmoción entre sus colegas y la ciudadanía en general.
El jefe del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Carlos Moriconi, aseguró que ambos «se pusieron al frente de su equipo» y cayeron «cumpliendo el espíritu innato del bombero que es el de proteger a los ciudadanos y sus bienes». «Eran dos personas de una vasta experiencia en derrumbes e incendios, cuando se produjo la primera explosión ordenaron al personal salir del lugar y entraron ellos, como hacemos nosotros los jefes», aseguró.
«Nos va costar mucho olvidarlos, ellos murieron cumpliendo el espíritu innato del bombero, no exponer a sus hombres y proteger la vida y los bienes de los ciudadanos», enfatizó.
Vázquez y Firma Paz tenían experiencia en su trabajo y sabían lo que hacía. Vázquez había ingresado en 1995 a los Bomberos como cadete, antes de morir era el jefe operativo en el Cuerpo de Bomberos y director de la Compañía de Planeamiento Desarrollo y RRHH de Bomberos de la Ciudad. Firma Paz, por su parte, había entrado en 1997, y era el subcomisario de la Estación VI de Villa Crespo.
El jefe operativo en el Cuerpo de Bomberos era padre de dos hijos adolescente, de 16 y 19 años. Había estudiado Seguridad e Higiene Laboral en el Instituto Profesional de Enseñanza Superior.
Él protagonizaba un video institucional con una demostración para quienes aspiraban a entrar a la escuela, que en ese momento él subcomandaba. «Se trata de formar al futuro bombero en todo lo que hace a parte física, teórica y práctica. Lo que más nos sirve a nosotros es poner a prueba el recurso humano que es lo más importante que tenemos y toda la parte de los recursos materiales para ver qué se puede cambiar, qué se puede modificar», señalaba. En esa escena, el bombero detallaba con pasión su vocación: «Salir y poner el cuerpo, la mente y el alma para lo que más nos gusta hacer digamos, que es ayudar».
Ambos solían compartir publicaciones relacionadas a sus funciones como bomberos. Firma Paz había subido el último año una foto de un bombero con el mensaje: «¡Nunca subestimes a un viejo que usa equipo de incendio!». En una de esas tantas imágenes compartidas, sus amigos, compañeros, ex alumnos escribieron recordándolo.
Incluso Paula Henríquez, también bombera, su esposa y madre de su hija escribió: «Puedo decir que era una excelente persona y un excelente profesional. Un gran jefe, pero por sobre todas las cosas, humano».