El mandatario de Brasil, fastidiado por las preguntas sobre las acusaciones contra su hijo por presuntos hechos de corrupción, arremetió contra el trabajador de prensa
El mandatario de Brasil, fastidiado por las preguntas sobre las acusaciones contra su hijo por presuntos hechos de corrupción, arremetió contra el trabajador de prensa
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó este viernes un insulto homofóbico a un periodista que lo abordó sobre el escándalo de corrupción que golpea a su hijo Flavio, senador, a quien comparó con el Neymar por su éxito con los negocios, debido a las sospechas en su contra de lavado de dinero público con inmuebles y una chocolatería.
«Vos tenés cara de homosexual terrible y no por eso te acuso de ser homosexual», le dijo Bolsonaro, molesto, a un periodista que le preguntó en la puerta del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, si su hijo Flavio no podía haber cometido un «desliz» en su conducta.
El escándalo, que ya llegó al primer nivel de gobierno, tiene que ver con funcionarios «ñoquis» desde 2006 hasta 2018, la época en la que Flavio, segundo hijo de Bolsonaro, fue diputado en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.
Bolsonaro cargó hoy contra la fiscalía, el juez que investiga a su hijo y el gobernador de Río, Wilson Witzel, a quien acusó de comandar una estrategia para ganar la presidencia en las elecciones de 2022.
La fiscalía de Río de Janeiro acusa al senador Flavio Bolsonaro de comandar una organización ilícita y de haber lavado, apenas para fines personales, unos 520.000 dólares para la compra de inmuebles y la apertura de una tienda de chocolates de la firma de alta gama Kopenhaguen.
El caso involucra a 13 personas que supuestamente entregaban el sueldo a cuentes de Flavio y de la familia de la segunda esposa de Bolsonaro y entre los investigados se encuentra un amigo del Ejército del presidente, el policía Fabricio Queiroz, que fue jefe de asesores del despacho de Flavio en la Asamblea Legislativa.
El presidente admitió hoy que es amigo de Queiroz desde 1985, que emitió en 2018 un cheque que fue cobrado por la hoy primera dama, Michelle Bolsonaro.
Bolsonaro, quien asumió con un discurso anticorrupción tildado de moralista, se refirió al hecho de que un policía empleado legislativo de Flavio hizo compras por 5.000 dólares en la chocolatería, ubicada en el Shopping Barra, en el barrio de Barra de Tijuca, Río de Janeiro.
La fiscalía tambíen detectó que Flavio, pese a tener el 50% de la chocolatería, obtuvo casi el 80% de las ganancias del negocio.
«Lo acusan de ganar más en la casa de chocolate. Pero el es el que lleva clientes, atrae gente importante y por eso gana más. Es como preguntarle a Neymar por qué él gana más que otros jugadores. Porque él es el más importante. Esto no es comunismo», afirmó el ex capitán del Ejército.
Bolsonaro respondió hoy que la investigación forma parte de un complot político del gobernador de Río de Janeiro y su ex aliado, Wilson Witzel.
El caso está conmoviendo el ambiente político de Brasil porque además de afectar el discurso anticorrupción del clan Bolsonaro vincula a la familia presidencial con miembros de la policía que forman parte de las llamadas ‘milicias’, las bandas parapoliciales o escuadrones de la muerte que operan en Río de Janeiro.
Dos de los miembros de estos escuadrones parapoliciales detenidos por asesinar a Marielle Franco, concejala socialista, partieron, en marzo de 2018, a cometer el crimen desde el barrio cerrado de Barra de Tijuca donde vive la familia Bolsonaro.
Flavio Bolsonaro pidió al Supremo Tribunal Federal con un habeas corpus que impida -por tener fueros- a un juez de primera instancia de Rio de Janeiro seguir continuando en el caso.
El diario Folha de Sao Paulo dijo que Bolsonaro está molesto con el ex juez Sérgio Moro, su ministro de Justicia y Seguridad Pùblica, no logró con la Policía Federal anticiparse a los operativos.
Bolsonaro dijo que Río de Janeiro «es el estado más corrupto» y que la fiscalía no investiga al gobierno regional y sí a su familia por motivos políticos del gobernador Witzel, un ex juez defensor de la mano dura pero que ha comenzado a comparar a Bolsonaro en los últimos tiempos a personajes como Alberto Fujimori, ex presidente peruano que cerró el Congreso y fue preso por corrupción, entre otros delitos.