El primer ministro libanés, Saad Hariri, reconoció que su partido perdió un tercio de sus diputados en las elecciones parlamentarias del domingo. Se presume, ante la ausencia de resultados oficiales, que el movimiento chiita Hezbollah, aliado a Teherán, salió fortalecido y podría controlar el Congreso.
«Habíamos apostado por un mejor resultado y un bloque mayor», admitió Hariri en una conferencia de prensa en la que reconoció que el Movimiento del Futuro perdió 12 de los 33 diputados que tiene en el Congreso libanés. El jefe de Estado buscó justificar su derrota señalando, en particular, a la confusión generada por la nueva ley electoral bajo la que se realizaron los primeros comicios parlamentarios en nueve años, y que estuvieron marcadas por la baja participación.
«La gente no ha entendido la ley electoral», sostuvo en relación a que los libaneses debieron utilizar un sistema que redujo los distritos electorales e introdujo la representación proporcional, con el objetivo de favorecer a partidos menores. Además, por primera vez, habilitó el ejercicio del voto a los libaneses en el exterior.
«Esto no es el fin del mundo», dijo el premier, quien consideró que desde su partido «deberían haber hecho más» para obtener mejores resultados en las elecciones. «Basándonos en los resultados preliminares y generales, podemos afirmar con seguridad que alcanzamos las expectativas que fijamos desde el comienzo de las elecciones», dijo el líder musulmán.
Al revés de lo expresado por Hariri, Nasrallah respaldó el nuevo sistema electoral al sostener que «el voto preferencial proporcionó una gran oportunidad» para los candidatos. «Nunca deberíamos volver a nuestro sistema electoral anterior», subrayó.
El domingo por la noche, el ministro del Interior, Nuhad Machnuk, había informado que la tasa de participación se situó en un 49,2%, casi cinco puntos menos que en las elecciones pasadas, y adelantó que los resultados finales serían publicados este lunes a primera hora de la mañana. Sin embargo, pasado largamente ese plazo aún no se conocen resultados oficiales, lo que obligó a los líderes de los principales partidos a posponer su aparición pública.
Hariri, líder de los sunnitas, debió retrasar su salidas hasta pasadas las 15:30 locales, cuando en realidad estaba previsto que hablara cerca de las 13. El líder del Hezbollah, Hasan Nasrallah, también postergó su aparición pero solo media hora.