"Hace falta la atención máxima, incluso renunciando a algunas libertades", advirtió el primer ministro italiano Giuseppe Conte
El primer ministro Giuseppe Conte pidió a los italianos «renunciar a algunas libertades» para enfrentar el coronavirus, a horas de la renovación del decreto sobre las medidas nacionales para frenar la pandemia que vence en dos días y que podría incluir en una nueva versión la obligatoriedad de usar barbijo al aire libre en todo el país.
«Hace falta la atención máxima, incluso renunciando a algunas libertades», advirtió Conte en declaraciones que reproduce hoy el diario Repubblica, de cara a la renovación del decreto, que vence el próximo miércoles.
El fin de semana, el ministro de Salud, Roberto Speranza, dijo que el Gobierno evalúa la hipótesis de disponer la obligatoriedad del uso de barbijo al aire libre para todo el país, como ya dispusieron cuatro regiones, entre ellas Lacio, donde está la capital Roma.
«Seguimos en plena pandemia, y el constante aumento de las infecciones en toda Italia, aunque todavía bajo control, nos obliga a mantener nuestra atención muy alta y seguir siendo muy cautelosos», agregó Conte, luego de que el país registrara un récord de casos el fin de semana.
«Proteger la salud de los ciudadanos y, por tanto, garantizar las condiciones de seguridad en el lugar de trabajo y donde se desarrolla la vida social, significa también preservar la economía y nuestro tejido productivo», argumentó el primer ministro.
Según el diario Corriere, la prórroga del decreto que vence el 7 de octubre podría incluir además el cierre de bares y restaurantes a las 23 y la posibilidad de que los efectivos del Ejército ocupados en la prevención del extremismo tengan la facultad de controlar el uso de barbijo en las calles.
Ayer, las 20 regiones del país volvieron a registrar al menos un nuevo positivo de la Covid-19, al tiempo que se registraron 18 víctimas de coronavirus, que elevan el total desde el inicio de la pandemia a 35.986.
Hasta el momento, las regiones de Lacio, Campaña, Sicilia y Calabria, más la ciudad de Génova, ya obligan el uso de barbijo en lugares abiertos para buscar detener la difusión de la Covid-19.