Sol, nubes, mucha lluvia y sol de nuevo. Así son los días en Rosario y en todo el centro y norte del país. CLG dialogó con el meteorólogo Oscar Monjelat sobre el fenómeno
- Por Matías Gregorio
Sol, nubes, mucha lluvia y sol de nuevo. Así son los días en Rosario y en todo el centro y norte del país. El verano se presentó con variantes atípicas a las habituales. Pero lejos de ser una simple molestia para aquellos que quieren disfrutar del sol, las constantes y abundantes precipitaciones están generando graves problemas.
Sin ir más lejos, hace muy pocos días la ciudad se vio desbordada luego de que en tan sólo 20 minutos cayeran cerca de 50 milímetros de agua. Los desagües no dieron abasto, calles y casas se inundaron y transitar por Rosario fue prácticamente imposible.
¿A qué se debe este estado del tiempo? ¿Hasta cuándo durará? Estas, y otras preguntas, fueron respondidas por el apasionado meteorólogo Oscar Monjelat, quien le explicó a CLG el fenómeno que rebalsará a la ciudad de agua todo el verano.
De un extremo a otro
El primer trimestre del 2018 trascurrió con una de las sequías más importantes de los últimos años. “Hasta febrero del año pasado tuvimos la influencia de un fenómeno totalmente contrario al que tenemos ahora, denominado La Niña. Se trató de un fuerte enfriamiento de las aguas ecuatoriales que a nosotros nos castiga con una falta de precipitaciones”, detalló Monjelat. Pero todo cambió y a partir de noviembre comenzó a instalarse el fenómeno contrario: “Recién en diciembre se preveía que iba a empezar a aparecer El Niño en el Litoral y en el centro del país, pero ya en noviembre tuvimos algunas tormentas muy fuertes”.
El director y fundador del grupo de observadores de tormentas severas (OTS) llamado Caza Tormentas del Sur comentó que, si bien los dos extremos son malos, la sequía, a pesar de los efectos adversos que tiene, “es un poco más manejable porque en nuestra región no son tan extendidas”. En cambio, con las fuertes precipitaciones, “se pierde todo”. “El daño que se hace es mayor y cuesta mucho trabajo recuperarse después de una inundación”, agregó.
¿Qué es El Nino?
Los primeros registros oficiales del fenómeno El Niño fueron reportados por el capitán peruano Camilo Carrillo en 1892. El marino describió la existencia periódica de una corriente marina cálida en las costas de Perú, de aguas normalmente muy frías, que se repite cada cierto tiempo. Posteriores estudios comprobaron que el evento es cíclico, y se repite cada 3 a 8 años con diferente intensidad.
“Si bien aparecen aguas muy cálidas en las costas de Perú, primeramente se calentaron en el sudeste asiático. Estas se desplazan por los vientos hacia las costas peruanas y ocasionan todo este sistema de mal tiempo en la región”, contó Monjelat, quien trabaja desde hace 40 años en la meteorología.
Dicho calentamiento del agua hace que se genere más vapor del habitual. Este vapor se transforma en grandes volúmenes de nubes, que derivan en intensas precipitaciones. La última vez que Rosario sufrió la llegada de un fenómeno similar fue en 2012.
Lluvias totales y anomalías (mm) en los dos últimos meses de 2018. #ElNiño no fue declarado oficialmente pero sus efectos comienzan a sentirse con eventos de precipitaciones más frecuentes e intensos en el último tiempo sobre el centro y noreste del país. Vía: @SMN_Argentina pic.twitter.com/E8Y6PzYcK7
— Meteored.com.ar (@MeteoredAR) January 3, 2019
El porqué de su intensidad
Para el especialista, el fenómeno ya está “plenamente instalado” en la región con una categoría “moderada”. Pero como si fuera poco, esta zona se ve afectada de una manera especial: “Si bien la categorización de débil, moderado o fuerte tiene que ver con el grado de calentamiento de las aguas del Pacífico Tropical, lo que nosotros tenemos que tener en cuenta es que hacen los reservorios de agua de la región”, narró el meteorólogo, y siguió: “Si tuviéramos un escurrimiento normal y no quedaran grandes espejos de agua disponibles para evaporarse, los efectos serían mucho menores a los que estamos viendo. Al tener un sistema de drenaje muy inadecuado, quedan grandes espejos de agua que luego se evaporan y generan una gran nubosidad que vuelve con enormes precipitaciones”.
“Este exceso de vapor de agua es la materia prima para las fuertes tormentas que están pasando. Hace como una especie de auto alimentación”, fundamentó Monjelat, quien también apuntó que lo peor aún no llegó: “A medida que haya más días de altas temperaturas, vamos a tener episodios con tormentas muy fuertes y precipitaciones muy abundantes en cortísimos períodos de tiempo”.
“Se hace un círculo vicioso”
En algunas partes del país, las tormentas han superado los 100 milímetros en tres horas. Como explicó el meteorólogo aeronáutico que supo trabajar en la Fuerza Aérea, estos grandes volúmenes no pueden escurrirse, y como la temperatura es cada vez mayor, se evaporan más rápido y nuevamente llega la lluvia.
“Está previsto que sigamos con el efecto de El Niño hasta principios del otoño. Sufriremos este tipo de tiempo todo el verano”, manifestó, y destacó: “Hay zonas que ya no aguantan ni un milímetro más de agua. Si cae un milímetro, por más que sea uno, se van a inundar. Eso es lo que está complicando el escenario a partir de ahora”.
Quien durante años trabajó en Canal 5 junto a la periodista Susana Rueda, mencionó que habrá que estar “muy atento” a los desagües y sobre todo tratar de lograr “una limpieza muy buena en relación al escurrimiento” en los pocos momentos que haya buen tiempo. “Los vecinos no los deben descuidar y las autoridades se tienen que encargar de mantenerlos limpios y en perfecta circulación”.
¿Se puede predecir?
Al presentarse con tal gravedad este fenómeno, muchos se preguntan si hay manera de anticipar su llegada. Sobre esto, el meteorólogo consultado por CLG fue tajante: “No hay posibilidad de anticiparse más allá de unos pocos meses”. Y explicó: “No tiene una recurrencia puntual cada una cierta cantidad de años y recién se lo empieza a seguir cuando afloran ciertos elementos a nivel mundial”.
Aun así, aclaró que desde el grupo Caza Tormentas del Sur han desarrollado un sistema que les permite anticipar ciertos fenómenos con hasta seis meses de antelación, algo que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no está en condiciones de hacer: “Como ellos no aprobaron los sistemas que nosotros utilizamos, no los ponen en práctica”.
“No tomamos al SMN como una fuente exclusiva. Para nosotros es una más. Nos basamos y sacamos mucha información del Servicio Meteorológico Australiano. A ellos el fenómeno de el Niño los castiga con sequías terribles, por lo que han desarrollado un método de vigilancia que es mucho mejor que el argentino”, sentenció.
En cuanto a las regiones del país afectadas, Monjelat aseveró que las únicas zonas que quedan fuera del alcance de El Niño se encuentran hacia el sur de Bahía Blanca y Mendoza.
Invierno frío y lluvioso
Continuando con su análisis, el meteorólogo oriundo de San Lorenzo contó que El Niño también dejará secuelas en el próximo invierno: «No se puede esperar que haya un cambio muy rápido y tengamos un inverno seco, porque va a quedar un remanente muy importante de agua, tanto en la atmósfera como en la superficie, por lo que el invierno llegará con bastantes precipitaciones».
A su vez, Monjelat puntualizó que tanto el otoño como el invierno serán «muy fríos». «Consecuentemente avancemos, vamos a ir teniendo cada vez más frío en nuestra región porque la Tierra está haciendo un ciclo diferente a lo que se pregona del calentamiento mundial. Estamos entrando en otra etapa de un enfriamiento muy importante en el planeta», concluyó.