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El Poder Judicial ordenó que restituyan a dos hermanos de 5 y 7 años a su padre abusador


 

Dos hermanos de 5 y 7 años oriundos de la ciudad cordobesa de Carlos Paz pero que actualmente viven en la localidad chubutense de Trelew, podrían ser revinculados con su padre y familia paterna, denunciados por abusarlos sexualmente, a partir de una orden judicial y pese a que está vigente una restricción de acercamiento.

«Nosotros somos de Villa Carlos Paz, pero en abril de este año vinimos a vacacionar a Trelew y los chicos me suplicaron quedarse. Hice las presentaciones judiciales que corresponden, pero ahora la justicia de Familia de Carlos Paz quiere obligarnos a volver», contó a Télam Florencia, madre de los niños.

El 29 de mayo, el Juzgado de Familia 2 de Trelew, a cargo de Silvia Apaza, emitió un oficio en el que autorizaba «el uso de la fuerza pública y/o de un cerrajero y/o allanar domicilio, en caso de ser necesario, tendientes a efectivizar la restitución de los menores (…) a la ciudad de Carlos Paz».

En el mismo oficio, el tribunal dejaba constancia de que los niños serían trasladados por su «abuelo paterno y su tío en su vehículo particular», también presentados en las denuncias penales realizadas por Florencia como presuntos abusadores.

De esa manera, la justicia de familia chubutense arbitraba los medios para hacer efectiva una orden emitida por el Juzgado de Familia de segunda nominación de Carlos Paz, a cargo de Viviana Rodríguez, que si bien menciona que «no se ignoran las denuncias penales presentadas por la madre a raíz de la supuesta comisión de delito», igual ordena a Florencia restituir a los niños a su lugar de origen, por ser su «centro de vida».

Esa orden es una medida cautelar a pedido del padre de los niños, a pesar de que desde abril de 2018 pesa sobre él una orden de restricción de acercamiento emitida por la Oficina de Violencia Familiar.

En octubre del año pasado, mientras estaba la restricción vigente, la misma jueza había ordenado ya la «revinculación con acompañante terapéutico» de los niños con su padre, situación que fue frenada por una apelación interpuesta ante la Cámara de Familia de primera nominación de la ciudad de Córdoba.

Florencia se separó del padre de sus hijos cuando el mayor tenía un año y estaba embarazada de cuatro meses del menor.

La primera vez que advirtió algo extraño fue cuando su hijo mayor, que por entonces tenía cuatro años, volvió de la casa de su papá con una lesión en el pene: «Al bañarlo noté que tenía sangre. Esa misma noche lo llevé al Hospital de Carlos Paz y en la guardia me dijeron que no se podía haber lastimado él solo», recordó.

La mujer realizó la primera denuncia pero no imputó a su ex pareja, sino que se abrió una investigación para determinar cómo habían sido los hechos.

«Dos años después, en 2018, me citaron de la escuela diciendo que mi hijo tenía comportamientos inadecuados para la edad de índole sexual que habían observado maestras, directivos y la psicóloga», relató.

Fue entonces cuando ella habló con su hijo mayor y él logró verbalizar: «Me dijo que su papá le tocaba la cola y el pito, me describió un montón de situaciones. Yo entendí entonces por qué él y su hermano volvían angustiados cuando iban de visita a su casa, comprendí los dibujos que hacía y me presenté a hacer otra denuncia».

La primera causa penal fue archivada en primera instancia, pero el 5 de junio de este año la Cámara de Acusación de Córdoba admitió la apelación de Florencia y ordenó «revocar el archivo» e investigar, al tiempo que apartó al fiscal que había intervenido.

En la resolución, los camaristas pidieron «valorar la prueba presentada», como los informes de las escuelas de los niños y los de la psicóloga que trabajó con ellos durante dos años.

«Lo más importante que logró esa resolución fue que pudiéramos frenar el pedido de restitución, pero esa suspensión es muy débil porque está atada a las condiciones de traslado. Lo que exigimos es que se revoque la restitución definitivamente y que se avance con las causas penales», pidió por su parte Natalia Bilbao Carmona, abogada de Florencia.

«Mi historia no es única, lamentablemente las madres protectoras no somos escuchadas muchas veces en la justicia. Yo levanto mi voz no solo para salvar a mis hijos, sino para que muchos niños no tengan que pasar por esto», concluyó Florencia.