A 20 años, el vicecomodoro que garantizó la salida del expresidente recordó que los techos vecinos estaban “repletos de uniformados con armas largas”
A 20 años del “que se vayan todos”, sucesos que conmocionaron al país, el vicecomodoro encargado de trasladar al aquel entonces presidente Fernando de la Rúa, de Casa de Gobierno, en medio de las fuertes protestas contra su gestión, rompió el silencio.
En una jornada que definió como convulsionada Juan Carlos Zarza recordó irregularidades desde la mañana del 20 de diciembre de 2001. “Me acuerdo haber arribado a Olivos y ver el desplazamiento de tropas, movimiento de camiones que antes no se usaban, tirados por otros camiones, gente que estaba pintado la canchita de fútbol de ahí. Es decir movimiento de cosas que no cerraban”, rememora.
Cerca del mediodía, tras realizar el mantenimiento preventivo del helicóptero, el piloto aseguró haber tenido que redirigir la zona, y en lugar de aterrizar en Olivos, recibió la orden de hacer base en Aeroparque.
“Nos posicionaron en un lugar que nunca estábamos, en la cabecera sur de la plataforma militar”, afirmó Zarza en diálogo con el periodista Ignacio Otero para Metro 95.1, y agregó: “El jefe de la plataforma nos cedió su oficina para estar en contacto con la agrupación aérea de presidencia y comenzamos a recibir una serie de directivas en cuanto a las posibilidades de realizar una evacuación”.
El vicecomodoro destacó que los sucesos en Plaza de Mayo habían incrementado, y que las vías terrestres permanecían cerradas. “Por eso se evalúo la extracción vía aérea. Tal vez no pensando en el techo, sino todavía en el helipuerto”, señaló, y sostuvo que se barajaban tres lugares posibles a los que evacuar a de la Rúa: Uruguay, la base del ejército o la Quinta de Olivos.
A media tarde, cuando el reloj daba las 19.25, Zarza y su copiloto fueron notificados de que debían retirar al presidente desde el techo de Casa de Gobierno. “Tuvimos que circunvalar hacia paseo Colón, dar la vuelta y entrar. Vimos mucha gente en los techos, con armas largas, y uniformada”, recordó, y agregó: “Lo único que le dije a mi copiloto fue ‘esperemos que sean todos amigos’, porque realmente el nivel de vulnerabilidad que teníamos era muy alto”.
Por último, el entonces piloto afirmó que durante el vuelo, de la Rúa no emitió sonido, pero sostuvo que, a su parecer, se lo venía aliviado. «Subió custodiado por una seguridad presidencial y personal del ejército. No hubo diálogo. Lo único que escuché es que tenía el cinturón puesto, y se sentía bien. El evento ya había sucedido», afirmó Zarza, y concluyó: «Él estaba en sus cabales, pero sentí que estaba liberado«.