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El Pesaj: una conmemoración de liberación del pueblo judío


Este viernes, cuando las primeras estrellas aparezcan en el cielo, comenzará el Pesaj, o Pascua Judía. Esta celebración, que este año se extiende del 20 al 27 de abril (15 al 22 Nisan), conmemora el éxodo del pueblo judío de Egipto. Tras generaciones de esclavitud, lograron la liberación.

CLG dialogó con el rabino Shlomo Tawil en esta fecha tan especial. «Celebramos esta noche, con las primeras estrellas, el éxodo del pueblo judío de la esclavitud egipcia hace 3.331 años. En realidad, así nos enseñan nuestros sabios y las escrituras. Esta salida de Egipto, que se repite muchas veces en la Biblia, es todos los días y en cada instante», aclaró.

Repasando un poco de historia, Dios envió a Moisés a exigirle al faraón que los libere. Cuando él se rehusó, Dios les mandó diez plagas devastadoras. Poco después, el pueblo de Israel comenzó su retirada tras recibir la autorización del faraón. Éste, sin embargo, mandó a perseguirlos con su ejército, terminando ahogados en el Mar de los Juncos, que se dividió para los judíos y se volvió a cerrar cuando pasaban los egipcios.

En la previa a la retirada que se preparó rápidamente, los judíos no tuvieron tiempo de hacer levar el pan, por lo que entre sus provisiones se llevaron matzá (pan sin levadura). De ahí deviene una de las costumbres para estas fechas. «La matzá es lo único que nos hace libres de todo tipo de situaciones, especialmente cuando el corazón está contrito por envidia, odio, rencores y soberbia. La humildad es el resultado de cuando uno tiene fe en algo superior a él, y eso que lo que la matzá representa. Tenemos fe en un Dios todopoderoso, eso nos hace humildes», explicó Tawil.

Además, se realiza una preparación limpiando el hogar, quitando todos los alimentos que contienen levadura y se queman los remanentes en la víspera del Pesaj. La celebración empieza con el Seder, en las que se relata la historia del éxodo a las nuevas generaciones. Se come matzá, maror y se beben cuatro copas de vino.

Para culminar, el rabino utilizó este medio para brindar un mensaje para todo el pueblo judío:

No celebramos nada más lo que pasó hace miles de años, sino la posibilidad de volver a poder salir de nuestras propias miserias y esclavitudes en las que nos encontramos diariamente. A veces estamos esclavizados y sometidos a nuestras pasiones, a veces a nuestros prejuicios y a veces estamos sometidos a la tecnología. No digo que sea mala, pero sí en abundancia. Como así también a un montón de otras cosas que nos limitan, que nos someten y que no nos permiten vivir en libertad.

Desde el punto de vista judío, libertad significa vivir como debemos vivir. Cumplir con nuestras misiones en la vida en la que Dios nos mandó a este mundo. Esto lo celebramos y lo recordamos todos los días del año, porque todos los días hay que salir de esta esclavitud, a veces más moderna, a veces menos. Hoy, esta noche, celebramos en familia, comiendo la matzá, el pan ácimo símbolo de la humildad, porque lo contrario de la humildad es el ego, otra cosa que nos esclaviza.