Personas que utilizan la droga para tratar su enfermedades pidieron que la gente "no la acapare por miedo". En algunos estudios, es usada para tratar el coronavirus
Personas que viven con lupus y otras enfermedades que utilizan hidroxicloroquina y cloroquina como base de sus tratamientos pidieron este lunes «solidaridad» para quienes la necesitan hoy y que la población «no acapare por miedo» estas drogas que se están probando como posibles terapias para el covid-19, aunque aún no se ha comprobado su eficacia.
«La hidroxicloroquina y la cloroquina son medicamentos esenciales para las personas que tenemos lupus y otras enfermedades crónicas como la artritis reumatoidea para controlar los síntomas y evitar discapacidades y complicaciones», indicó Teresa Cattoni, presidenta de la Asociación Lupus Argentina (ALUA).
Cattoni, que además vive con esta enfermedad autoinmune, señaló que «cuando empezó a salir en los medios que estas drogas se estaban probando para tratar Covid-19, comenzaron a comunicarse de todo el país contando que no habían conseguido el remedio en su farmacia».
«Esta situación es muy grave porque nosotros no podemos pasar un día sin tomar los remedios, pero además se genera un estrés adicional que tiene un impacto fuerte sobre el organismo», sostuvo Cattoni. E informó que en la página de Facebook de ALUA hay un listado publicado con información que les brindó un laboratorio de farmacias donde debería haber stock.
La mujer describió que en las personas que tienen lupus el sistema inmune trabaja «exacerbadamente» produciendo auto-anticuerpos que pueden afectar cualquier órgano.
«La enfermedad funciona con momentos de crisis y de remisión, es decir, hay momentos en los que no se expresa y lo que demostró la hidroxicloroquina es que disminuye los brotes y controla los síntomas», detalló.
Por la misma razón, César Graf, presidente de la Sociedad Argentina de Reumatologia (SAR), lanzó una petición en Change que ya recibió más de 4 mil firmas.
Además de apelar a las autoridades gubernamentales para que garanticen el abastecimiento, la petición interpela también a los médicos, para que realicen una «prescripción responsable»; a las farmacias, para que vendan sólo bajo receta y a la población en general para que no se automedique.
«Apelamos a la solidaridad de las personas, que por miedo no acaparemos esta droga que es esencial para nosotros, pero también advertimos que la hidroxicloroquina, como todo medicamento, tiene efectos secundarios, por ejemplo, una indicación para quienes la toman es realizarse control oftalmológico porque puede causar maculopatías».
Fuentes del Ministerio de Salud de la Nación informaron a Télam que están al tanto de esta situación y que se encuentran trabajando para poder solucionarla.
Si bien la información de que estas drogas se estaban utilizando como posibles tratamientos para la enfermedad causada por el nuevo coronavirus lleva unas semanas circulando, la situación empeoró hace siete días cuando el infectólogo francés Didier Raoult hizo público un estudio que había realizado sobre un número reducido de pacientes con COVID19, en los que la hidroxicloroquina, en combinación con la azitromicina, había dado buenos resultados.
Desde entonces, todos los medios del mundo comenzaron a publicar noticias vinculadas a esta droga y en varios países comenzó a haber problemas con su abastecimiento en farmacias; en efecto el Ministerio de Sanidad de España intervino su comercialización el 23 de marzo.
Ayer, el médico infectólogo Gustavo Lopardo, expresó durante la conferencia de prensa brindada junto al ministro Ginés González García y otros especialistas del Comité de Expertos, que tenían conocimiento de que la hidroxicloroquina estaba en falta en algunas farmacias.
Lopardo aseguró que esta situación «genera dos graves problemas: que la gente la tome por su cuenta, porque todavía no sabemos de su eficacia, y que aquellas personas que realmente las necesitan, porque se ha comprobado que sirve para su enfermedad, no la consigan».
En la misma línea, el médico infectólogo Pedro Cahn sostuvo en la conferencia que «la hidroxicloroquina no es completamente inocua, tomada por personas con problemas cardíacos puede agravar el cuadro», lo que constituye uno de los cuestionamientos que la comunidad científica mundial realiza ante las afirmaciones de infectólogo Raoult, más allá de que aún no está suficientemente comprobado que sea eficaz.
«La automedicación siempre es mala pero más cuando estamos hablando de una droga que no fue diseñada para tratar el coronavirus. Ojalá de acá a un mes podamos salir a decir que le vamos a dar esta droga a todo el mundo porque funcionó, pero también puede ocurrir que digamos no se lo vamos a dar a nadie porque es mayor el costo que el beneficio», concluyó Cahn.