La CGT realizará este martes su cuarto paro general durante la gestión de Mauricio Macri en repudio a la situación económica y social que atraviesa el país, en medio de divisiones entre los sectores más «dialoguistas» y los más «combativos», y que contará con la adhesión de las tres CTA, que arrancarán con su protesta el lunes.
Si bien existen coincidencias entre todas las vertientes del sindicalismo en el rechazo a la gestión del Gobierno en el marco de la recesión que vive la Argentina, las diferencias salen a la luz a la hora de definir el nivel de confrontación a seguir ante el Gobierno.
Casi como la interna que atraviesa al peronismo, el gremialismo también se divide entre opositores «dialoguistas» y «duros», donde los primeros buscan seguir manteniendo canales de diálogo con la Casa Rosada y los segundos apuestan a una escalada en conflicto con el oficialismo mediante más protestas y huelgas.
En el bando de los moderados se ubican el triunvirato de la CGT (Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña) y los referentes de los grandes gremios, conocidos como los «gordos» (Armando Cavalieri, de Comercio, y Rodolfo Daer, de Alimentación) y los «independientes» (Gerardo Martínez, de UOCRA; Andrés Rodríguez, de UPCN, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias).
También siguen una postura similar el grupo de gremios del MASA (entre ellos Omar Viviani, de Peones de Taxis, y Sergio Sasia, de la Unión Ferroviaria) y los dirigentes que tomaron distancia de Hugo Moyano, como Julio Piumato (Judiciales), Jorge Sola (Seguros) y Abel Frutos (Panaderos).
En la vereda de enfrente se encuentran, con una postura más confrontativa hacia el macrismo, Hugo y Pablo Moyano (Camioneros), secundados por el bancario Sergio Palazzo y el titular del SMATA, Ricardo Pignanelli, y acompañados además por Pablo Biró (Pilotos), Ricardo Cirielli (Técnicos Aeronaúticos), Omar Plaini (Canillitas), Miguel Ángel Díaz (UDOCBA), Leandro Fabre (APOPS) y Horacio Valdez (Vidrio).
Fuera de la CGT, mantienen también una posición «dura» los referentes de las tres CTA (Hugo Yasky, Pablo Micheli y Ricardo Peidro), como además los secretarios generales de los gremios que la integran, entre ellos Roberto Baradel, de Suteba; Hugo «Cachorro» Godoy, de ATE; y Roberto Pianelli, de los Metrodelegados.
Los pronunciamientos tanto de los moderados como de los combativos coinciden en el diagnóstico de rechazo a las políticas del Gobierno, haciendo foco en la pérdida del poder adquisitivo; en la alta inflación y en el ajuste que ensaya la Casa Rosada para asegurarse el financiamiento del FMI.
Ante eso, los moderados evitan profundizar el enfrentamiento y lo minimizan hablando de «matices» a la hora de calificar las diferencias. Este sector dialoguista ya explora la posibilidad de reunirse con representantes del Gobierno tras el paro del martes, luego del encuentro que se canceló la semana pasada con el ministro de Producción, Dante Sica.
En cambio, los «combativos» ya anunciaron una nueva protesta para después de la huelga, ya que marcharán a la Basílica de Luján el 20 de octubre para pedir a la Virgen María «por los chicos que tienen hambre, por el trabajo y por nuestros ancianos».
Otro punto de desencuentro entre ambos sectores es la cercanía política que los más confrontativos mantienen con Cristina Kirchner (Moyano se reconcilió hace poco con la ex presidenta), cuestión que no es bien vista por los moderados, quienes prefieren dejar atrás la etapa kirchnerista para que el peronismo avance en una renovación y luego encolumnarse detrás de una nueva figura que enfrente al macrismo.