Tras dos días muy violentos, Abdel Mahdi anunció el viernes que iba a presentar su dimisión
Tras dos días muy violentos, Abdelmahdi anunció el viernes que iba a presentar su dimisión
El Parlamento de Irak aceptó este domingo la dimisión del primer ministro, Adel Abdel Mahdi, el mismo día en que se cumplen dos meses del inicio de las protestas contra la corrupción y la falta de servicios públicos y empleo, en las que se han registrado al menos 400 muertos y 16.000 heridos.
Los diputados aceptaron la renuncia del Ejecutivo, en una sesión extraordinaria convocada después de que Abdel Mahdi presentara su renuncia por escrito el sábado ante el Parlamento, informaron medios estatales.
El pasado viernes, tras dos días especialmente violentos en el sur del país, el primer ministro anunció que iba a presentar su dimisión y que ésta significaba «la dimisión del gobierno en bloque». Previamente, la máxima religiosa chiita de Irak, el ayatollah Ali al Sistani, había instado al Parlamento a retirar su apoyo a un Ejecutivo «incompetente».
Ahora, de acuerdo con la Constitución iraquí, la fuerza política con más escaños debe proponer un candidato para encabezar el Ejecutivo al presidente de la República, Barham Saleh, que le encargará la formación de un nuevo gobierno.
El primer ministro encargado tendrá que presentar los aspirantes a integrar su Ejecutivo ante el Parlamento en un periodo de 30 días, después del cual los diputados decidirán si dan su confianza al nuevo gabinete.
La fuerza que más escaños tiene es la coalición Sairún, respaldada por el influyente clérigo chiita Muqtada al Sadr, que el viernes aseguró que la renuncia de Abdel Mahdi es «el primer fruto de la revolución, pero no el último», y sugirió que la candidatura del nuevo primer ministro se decidiera en un referéndum popular entre cinco candidatos.
La revuelta popular comenzó hace exactamente dos meses con reivindicaciones contra la corrupción y la mala gestión de los recursos del país rico en petróleo pero que sufre enormes problemas económicos.
Este domingo miles de manifestantes siguen concentrados en las principales plazas de Bagdad y de las ciudades sureñas de Nasiriya y Nayaf, localidades en las que hoy se han reabierto las carreteras cortadas por las movilizaciones de días anteriores, informó a la agencia de noticias EFE una fuente de seguridad.
La fuente, que pidió el anonimato, apuntó que anoche en Nayaf decenas de personas incendiaron uno de los accesos al mausoleo del clérigo chiita Mohamed Baqer al Hakim, donde se encuentra la sede de un grupo armado que opera bajo el paraguas de la milicia progubernamental Multitud Popular (respaldada por Irán), sin que se produjeran víctimas.
Después de que el pasado miércoles los manifestantes prendieran fuego al consulado iraní de esa localidad, la violencia se desató en las zonas del sur de población mayoritariamente chiita, donde los manifestantes han expresado su rechazo a la influencia de Teherán.
La violencia también forzó la dimisión de gobernador de la provincia de Di Qar, donde se encuentra Nasiriya. Según la Comisión de Derechos Humanos iraquí, una entidad independiente y pública, desde el inicio de las protestas al menos 400 personas han muerto y más de 16.000 han resultado heridas en las manifestaciones.