Jordi Bertomeu, el sacerdote catalán que investigó los casos de pedofilia y encubrimiento en la Iglesia chilena a pedido del papa Francisco, afirmó hoy que se esperan «medidas concretas en el corto plazo» tras la serie de reuniones que el pontífice mantiene esta semana con los religiosos del país trasandino en el Vaticano.
«Yo creo que habrá medidas concretas de corto plazo. El Papa es un hombre de palabra y si lo dijo, las habrá», afirmó hoy Bertomeu antes de que se iniciara el tercer encuentro entre Jorge Bergoglio y los 34 obispos chilenos, convocados a la Santa Sede tras los escándalos sexuales en su país.
«Es de esperar alguna conclusión que sea importante. Se darán puntos de reflexión, y es cierto que estamos ante un momento muy particular de la iglesia universal no solo para Chile», agregó en diálogo con periodistas Bertomeu, quien participó de la misión que Francisco envió a Chile en febrero último para recoger testimonios de víctimas de abusos, y que fueron incluidas en el denominado «informe Scicluna».
Francisco comenzó el martes último en el Vaticano una serie de reuniones con 34 obispos chilenos, que concluirán hoy, a quienes el 8 de abril último luego de su cambio de postura sobre las denuncias de encubrimiento que afectaron a la Iglesia chilena, y especialmente al obispo de Osorno, Juan Barros.
Tras dos encuentros de poco más de una hora, realizados el martes y ayer, los religiosos tuvieron hoy la tercera reunión grupal con el pontífice, antes de iniciar la cuarta charla a las 17:00 de este jueves en Roma (las 12:00 en la Argentina).
«El Papa nos escuchó y hubo un diálogo que fue muy interesante, muy profundo, estamos muy contentos», aseveró ayer luego del encuentro, el vocero de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos.
Las reuniones en un salón del Aula Pablo VI del Vaticano se dan en el marco del reciente cambio de postura de Francisco sobre las acusaciones de encubrimiento que pesan contra el obispo de Osorno, acusado de haber escondido los ataques sexuales del párroco Fernando Karadima a tres seminaristas.
Antes de iniciar las reuniones, los religiosos reconocieron que llegan «con dolor y vergüenza» a la cita, aunque adelantaron que cualquier tipo de remoción «dependerá del Papa».
Los obispos, entre los que se encuentra Barros, esperan que la serie de reuniones iniciada hoy tenga «un sentido de cambio y renovación importante» en la Iglesia local.
En abril pasado, Jorge Bergoglio reconoció en una carta a los obispos chilenos sus errores en el caso Barros y luego recibió en el Vaticano a los tres principales denunciantes del obispo: Juan Carlos Cruz, James Hamilton y Juan Carlos Murillo, víctimas de Karadima.
La reunión de esta semana, adelantó la Santa Sede, buscará «el estudio de los cambios adecuados y duraderos que impidan la repetición de actos siempre reprobables».
El Papa dio un notorio giro en su posición sobre el caso Barros, a quien le había rechazado la renuncia dos veces, luego de enviar a Chile un equipo del Vaticano para recoger testimonios de las víctimas de Karadima que acusan al obispo de Osorno.
Las conclusiones de ese equipo, que integró Bertomeu, forman parte del material de discusión de los encuentros de esta semana, a los que se agregó un texto escrito por Francisco para promover «el discernimiento y la oración».