Ucrania anunció el 22 de septiembre la liberación de 215 personas, incluidas 188 que habían defendido la acería Azovstal en Mariupol, símbolo de la resistencia a la invasión rusa
En la charla, cuya transcripción fue publicada por la revista de la Compañía de Jesús, La Civilta Cattolica, el Pontífice cuenta que «algunos enviados ucranianos» se acercaron a él, «entre ellos, el vicerrector de la Universidad Católica de Ucrania, acompañado del consejero del presidente (Volodimir Zelenski) para asuntos religiosos, un evangélico».
”Hablamos, discutimos. También acudió un jefe militar que se ocupa del intercambio de prisioneros, siempre con el consejero religioso del presidente Zelenski. Esta vez me trajeron una lista de más de 300 presos. Me pidieron que hiciera algo para cambiar. Inmediatamente, llamé al embajador ruso para ver si se podía hacer algo, si se podía acelerar un intercambio de prisioneros”, señala Francisco.
La charla fue el 15 de septiembre, con la participación de una veintena de religiosos.
La publicación de estas declaraciones a los religiosos que trabajan sobre todo en Rusia y Bielorrusia se produce una semana después del anuncio del mayor intercambio de prisioneros militares entre Ucrania y Rusia desde el comienzo de la guerra.
Ucrania anunció el 22 de septiembre la liberación de 215 personas, incluidas 188 que habían defendido la acería Azovstal en Mariupol, símbolo de la resistencia a la invasión rusa.
El papa habló también de su visita a la embajada rusa en el Vaticano al día siguiente del inicio de la invasión a Ucrania a fines de febrero.
«Le dije al embajador que me hubiera gustado hablar con el presidente (Vladimir) Putin, pero con la condición de que me deje una pequeña ventana abierta para dialogar», confesó el Papa.
La Santa Sede, que intenta desde el 24 de febrero mantener un delicado equilibrio diplomático con los dos países, condenó una guerra «cruel y sin sentido», sin romper abiertamente con Rusia.
«Aquí la víctima de este conflicto es Ucrania. Me propongo reflexionar sobre por qué no se evitó esta guerra. Y la guerra es como un matrimonio, en cierto modo. Para entenderlo hay que investigar la dinámica que desató el conflicto. Hay factores internacionales que contribuyeron a provocar la guerra», explicó a los jesuitas.