El papa Francisco aseguró este domingo que «el grito de los pobres es el grito de esperanza de la Iglesia», al cerrar con una misa en el Vaticano el sínodo dedicado a la Amazonia, que este fin de semana abrió la puerta a la ordenación como sacerdotes de hombres casados.
«Cuántas veces, también en la Iglesia, las voces de los pobres no se escuchan, e incluso son objeto de burlas o son silenciadas por incómodas», se lamentó durante la celebración de este domingo en la Basílica de San Pedro.
«Recemos para pedir la gracia de saber escuchar el grito de los pobres: es el grito de esperanza de la Iglesia. Haciendo nuestro su grito, también nuestra oración atravesará las nubes», convocó.
Francisco señaló además que durante el sínodo, que convocó a más de 250 participantes desde el 6 de octubre hasta hoy, «pudieron escuchar las voces de los pobres y reflexionar sobre la precariedad de sus vidas, amenazadas por modelos de desarrollo depredadores».
«Y, sin embargo, aún en esta situación, muchos nos han testimoniado que es posible mirar la realidad de otro modo, acogiéndola con las manos abiertas como un don, habitando la creación no como un medio para explotar sino como una casa que se debe proteger, confiando en Dios», dijo.
«Los errores del pasado no han bastado para dejar de causar heridas a nuestros hermanos y a nuestra hermana Tierra: lo hemos visto en el rostro desfigurado de la Amazonia», agregó.
El sínodo de la Amazonia, del que participó entre otros el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, resolvió este sábado proponer al Papa la ordenación de hombres casados como sacerdotes para hacer frente a la falta de religiosos en algunas zonas de la región.
Asimismo, la reunión de obispos resolvió pedirle a Francisco que instituya el «pecado ecológico» para el daño a la Tierra y avanzar con un posible «rito amazónico» que tenga en cuenta los «usos y costumbres» de los pueblos indígenas.