El político de Rusia acusa al presidente ruso Vladimir Putín de haber ordenado este intento de asesinato
El opositor ruso Alexey Navalny afirmó este lunes que consiguió desenmascarar, a través de un engaño, a un agente de los servicios de seguridad rusos (FSB) para que admitiera por teléfono que intentaron envenenarlo en agosto en Siberia, lo que ese organismo denunció como una «falsificación».
«El video de (esta) conversación telefónica es una falsificación», indicó el FSB en un comunicado, citado por las agencias de noticias rusas, además de una «provocación planificada» con ayuda extranjera.
En una entrada de su blog, en la que publica la supuesta conversación, Navalny explicó que consiguió camuflar su número de teléfono y presentarse ante el agente Konstantin Kudriavtsev como un asistente del secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patruchev, alguien considerado cercano al presidente Vladimir Putin.
«La sustitución del número de un abonado es un método bien conocido por los servicios extranjeros» que excluye «la posibilidad de identificar a los verdaderos participantes de (esta) conversación», dijo el comunicado del FSB recogido por la agencia de noticias AFP.
Sin embargo, el opositor no aportó pruebas sobre la identidad de su interlocutor, aunque aseguró en su blog que «un examen pericial de la voz» demostrará que es Kudriavtsev.
Navalny, que sigue convaleciente en Alemania, dijo que hizo creer a Kudriavtsev, al que presenta como un experto en armas químicas del FSB, que necesitaba su ayuda para elaborar un informe sobre ese intento de asesinato.
Según la transcripción de la supuesta llamada, el agente dudó inicialmente y luego terminó conversando durante 45 minutos con quien creía que era un alto funcionario ruso.
El 20 de agosto de este año, mientras volaba desde Tomsk, en Siberia, hacia Moscú, Navalny comenzó a sentirse mal, por lo que el comandante del vuelo decidió aterrizar de emergencia en Omsk para que fuera atendido.
«Si hubiera volado un poco más y no hubiera aterrizado tan rápidamente, quizás todo se habría desarrollado de otra manera» dijo el hombre que Navalny asegura que es Kudriavtsev.
Una vez en tierra, los médicos que recibieron al opositor «le inyectaron un antídoto».
Tras reunirse con Putin, la mujer de Nalvany logró que lo trasladaran a Berlín donde las miradas se posaron sobre Moscú.
Sin embargo, Rusia siempre negó que Navalny haya sido envenenado en Tomsk, y asegura que la sustancia tóxica de tipo Novitchok, detectada por laboratorios occidentales tras su hospitalización en Alemania, no estaba presente en su organismo cuando fue tratado en Rusia.
Moscú, además, rechaza abrir una investigación criminal por este caso, argumentando la negativa de Alemania de transmitir sus datos a Rusia.
En varias ocasiones a lo largo de la conversación, el supuesto agente dijo que no podía dar información «por teléfono», para luego dar más detalles, como cuando afirmó que el veneno fue colocado en la ropa interior de Navalny.
«Putin piensa mucho en mis calzoncillos», ironizó Navalny. El opositor acusa al presidente ruso de haber ordenado este intento de asesinato.
Sin embargo y pese a la insistencia de Navalny, el interlocutor al teléfono dio a entender que el mandatario ruso no participó en el envenenamiento, pero sí en la posterior destrucción de pruebas.
Navalny aseguró en su blog que logró el número de teléfono de Kudriavtsev a través del sitio de investigación inglés Bellingcat, que publicó el 14 de diciembre, junto a otros medios de comunicación, una investigación que supuestamente identificaba a ocho agentes del FSB, entre ellos Kudriavtsev, encargados de controlar sus movimientos desde 2017.
Navalny aseguró que intentó hablar con varios de esos agentes, y que todas las tentativas fracasaron hasta topar con Kudriavtsev.