Fuentes del Ministerio de Economía admitieron que el diálogo con el FMI se centra en bajar el déficit fiscal y que apuntaran a generar más ingresos desde la parte impositiva
Los primeros días de diciembre marcaron la agenda de la delegación que representa al gobierno ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington. Porque este grupo se reunión con funcionarios del FMI para avanzar con el acuerdo futuro sobre la deuda externa. Esta negociación implicaría que Argentina asuma, en 2021, una mayor presión fiscal sobre los sectores de la economía
El nuevo programa que el FMI y Argentina está detallando buscará una reducción sustancial del déficit fiscal que acarrea el país. “Ya sabemos lo que pasa en la Argentina cuando se hacen duros ajustes sobre el gasto público. Sin dudas que la mejora debe venir por el lado de los ingresos”, resaltó una fuente del Ministerio de Economía al diario Perfil.
Partiendo de esa base, la presión fiscal pasaría de 36 o 37 por ciento (según al sector) a más del 40%.
Lo que plantea el Ejecutivo, recomendado por el FMI, está a contramarcha de las economías mundiales que, frente a un año devastado por la pandemia, buscan alivianar la presión de impuestos sobre las inversiones.
Para el tributarista, César Litvin, la tendencia marca que se suben más los impuestos pero no hay voluntad para bajar el gasto público. Sólo en 2020 se incrementaron impuestos nacionales, provinciales y de ingresos brutos, además nacieron nuevas cargas impositivas.
«Esto genera una irritación muy grande de los contribuyentes cumplidores. Precisamente, la presión fiscal es mucho más elevada si se tiene en cuenta los contribuyentes que cumplen y el efecto inflacionario”, aseguró Litvin también a diario Perfil.
Este año se aumentaron los Bienes Personales, las retenciones, algunos tributos internos y se crearon otros como el denominado País, que se aplica sobre la compra venta de divisas.
Según lo expuesto por el Banco Mundial, una empresa argentina paga de impuestos un 106% por sobre sus ganancias y esa cifra sólo es superada por las Islas Comoras de África. Además, Argentina ocupa el puesto 21 de mayor nivel de presión tributaria sobre 170 países relevados, que lideran Francia, Noruega y Finlandia con más del 50%.
Iván Sasovsky, tributarista, también citado por Perfil, indicó que “cualquier empresario argentino no sólo no obtiene ganancia, sino que debe pagar impuestos inclusive con su inversión inicial”.
Para el sector Agropecuario los impuestos representan el 59.2% de una hectárea. “En otras palabras, de cada $100 que genera el productor, $59,2 quedan para los distintos niveles de gobierno”, explicó David Miazzo, economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina. Este dato es un promedio que deriva de las mediciones individuales de cada grano: las más importantes se ubican en soja con 64,6%, maíz con 49,7%, trigo con 55,2% y girasol con 49%.
Por último, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, remarcó que la presión impositiva perjudica a las Pymes. “La maraña de impuestos hace que muchas actividades sean cada vez menos rentables”, resaltó una importante fuente de la entidad.