Cuando se confirmó que Mendoza sería la sede de los Premios Gardel una de las noticias que más alegró a la gente era que iba a poder ver a los artistas muy de cerca. Uno de los más esperado fue Paulo Londra, el trapero más conocido del país y representante argentino en el mundo.
La expectativa y ansiedad por ver al cordobés hizo que muchos sean los fans que se juntaran en la puerta del Ángel Bustelo y esperaran durante horas para ver la llegada de Londra, aunque sea verlo pasar por la alfombra roja. Lo cierto es que eso nunca pasó ya que ingresó por una puerta lateral del auditorio y no fue visto por nadie hasta que subió a recibir su primer premio.
A diferencia de todo el resto como Lali o Abel Pintos, Londra estaba en una habitación y bajaba a recibir su Gardel (dos veces). Otra cosa que lo destacó, para mal, fue que luego de alzarse con la estatuilla no se dirigió a la sala de prensa en donde se debía prestar para fotos y entrevistas con los medios, como sí lo hizo el resto de los ganadores.
Fuente: Primicias Ya