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El Movimiento Solidario Mateo volvió al trabajo y pide donaciones


Es para los estudiantes de la escuela Juan Marcos Sastre de las islas. Se pueden acercar al Almacén Don Carlos, ubicado en Baigorria al 1600

Es para los estudiantes de la escuela Juan Marcos Sastre de las islas. Se pueden acercar al Almacén Don Carlos, ubicado en Baigorria al 1600

Por Andrea Astiasuain

Empezó un nuevo año y el Movimiento Solidario Mateo se prepara para continuar su trabajo solidario. En esta nueva etapa, colaborarán con estudiantes que asisten a una escuela en plena isla. El trabajo, desde los inicios, es “siempre a pulmón”. Por eso, están recolectando donaciones para colaborar con la escuela.

El Movimiento se comenzó a gestar en 2019, más precisamente ante el primer frío del año pasado, cuando el taxista Adrián Ahumada sintió la necesidad de “brindar una mano” con quienes más lo necesitaban. Entonces habló con un compañero e iniciaron las actividades solidarias.

“Arrancamos con una olla popular, después le sumamos copa de leche, un roperito, tratando siempre de darle una mano a aquellas personas que se encontraban en situación de vulnerabilidad”, dijo Adrián, en diálogo con CLG.

Las diferentes iniciativas del Movimiento se realizan en el Club El Torito, ubicado en Camino de los Granaderos al 200, pero en este nuevo año apuestan a seguir creciendo. “Lo hicimos a partir de mayo hasta diciembre y después nos tomamos un tiempito para organizarnos porque este año empezaremos a llevar cosas a una escuela que está en la isla”, comentó.

La escuela, ubicada detrás del embudo de la isla, cuenta con unos setenta estudiantes, vecinos de la zona. “Cuando arranque el ciclo lectivo vamos a empezar a ir dos veces por mes. Vamos a estar llevando ropa, alimento, útiles… ahora estamos en proceso de juntar”, explicó, y agregó: “Estamos pidiendo ropa de chicos, de adultos, libros, útiles, todo lo que sirva para poder llevar, alimentos no perecederos, arroz. Todo lo que se pueda llevar”.

Las donaciones se pueden acercar al Almacén Don Carlos, ubicado en la calle Baigorria al 1600, a la vuelta del Club El Torito. “La idea de la isla surgió porque unos chicos que son kayakistas fueron al almacén y se pusieron a hablar con el dueño, les contó lo que estábamos haciendo, entonces ellos comentaron que estaban llevando alimentos y ahí vimos que podíamos sumarnos”, señaló.

Ahumada comentó que espera que el río crezca un poco porque ante la gran cantidad de cosas que están juntando necesitan moverse en lancha.

“A veces los chicos se tienen que quedar adentro de la escuela, dormir ahí. Ahora, que el río está bastante bajo se puede entrar caminando pero cuando crece, se va hasta una parte con una lancha y otra parte que se puede hacer en kayak”, retrató.

La fuerza de la solidaridad

Durante el año 2019, el movimiento no frenó ni un segundo. “Hicimos una olla que dio alrededor de 3 mil raciones, se entregaron alrededor de 5 mil prendas en un roperito. Fue bastante fuerte la movida, y a veces se nos va de las manos porque no siempre llegamos. Nos pasó a veces que con las donaciones que recibíamos no alcanzaba, entonces tuvimos que poner más de una vez de nuestro bolsillo para no cerrar la copa de leche”, agregó.

Ahumada aseveró que esperan reabrir la olla a mediados de marzo y la idea es que para mayo ya funcione la copa de leche nuevamente. Si bien la respuesta de la gente es positiva, a medida que pasa el tiempo, cada vez se hace más difícil sostener las diferentes actividades. “No tenemos ningún tipo de ayuda oficial, es todo a pulmón”, manifestó y añadió: “La idea es ver si podemos conseguir algo más fijo, si alguien nos puede donar mercadería porque nosotros plata no tenemos y el objetivo es hacer dos veces por semana la olla y la copa. La necesidad es bastante”.

A pesar del esfuerzo que conlleva el movimiento, Ahumada expresó que lo motiva todo lo realizado el año anterior. “Tenemos la fuerza que nos dio el año pasado, esperamos que este sea mucho mejor”, concluyó.