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Salvó más de 400 vidas

El mayor donante de sangre de La Rioja hace su último regalo


Jesús Fernandez Velilla es el mayor donante de La Rioja. En total, en actos altruistas, donó sangre en 140 ocasiones, logrando mejorar la salud y hasta salvando vidas de más de 400 pacientes. El próximo mes, en octubre, alcanzará los 70 años, edad máxima para donar, por lo tanto realizó su última donación.

 

En declaraciones a los periodistas, Jesús contó que la primera vez que donó fue porque a un compañero le hacía falta y, desde entonces, no ha dejado de hacerlo de forma frecuente, lo que le produce «una gran satisfacción».

«Yo soy rico en amigos por estar donando sangre», ha añadido Fernández-Velilla, quien, durante los últimos veinte años, ha donado cuatro veces en cada ejercicio; y ha afirmado que, si por él fuera, continuaría donando: «Si me dicen veinte más, al momento».

Durante su última donación de sangre, que ha tenido lugar en el Centro de Transfusión de La Rioja, Jesús Fernández-Velilla ha estado acompañado por la consejera de Salud, María Martín, el director gerente de la Fundación Rioja Salud, Javier Aparicio, y Carlos Sola, director técnico del Banco de Sangre.

La consejera de Salud ha mostrado su agradecimiento a Jesús Fernández-Velilla por «el compromiso que ha mantenido con los pacientes de La Rioja desde 1971, fecha en la que realizó su primera donación de sangre. Por este motivo, y en nombre de todas las pacientes a los que ha ayudado, quiero mostrar a Jesús toda mi admiración y reconocimiento».

Carlos Sola, director técnico del Banco de Sangre ha alentado a todos los riojanos a donar cada año el máximo de ocasiones que establece la normativa legal. «Donar en una ocasión es muy importante pero donar con frecuencia es totalmente necesario y hoy, gracias al ejemplo de Jesús, animamos a todas la personas a donar sangre con regularidad porque la sangre caduca, no se puede fabricar y el hecho de que haya una población más envejecida hace que cada vez sea más necesaria la donación de sangre de manera regular».

Usos terapéuticos de la sangre donada

Tras la donación, la unidad de sangre de los donantes se divide en tres componentes mediante un sistema de centrifugado: hematíes, plaquetas y plasma, que pueden ser utilizados para diferentes tratamientos. Por este motivo, una única donación de sangre puede ser necesaria para mejorar el estado de salud o salvar la vida a tres pacientes.

Las plaquetas tienen una vida útil muy limitada, de 5 a 7 días, situación que requiere que todos los días se registre un flujo constante de donaciones en el Hospital San Pedro y en la unidad móvil del Banco de Sangre. Las plaquetas son las responsables de mantener una buena coagulación y evitar el sangrado y un déficit de plaquetas puede aparecer en pacientes con cáncer o en enfermedades malignas de la sangre.

Cuando esta situación se presenta es posible que el paciente tenga hemorragias graves que pongan en peligro su vida. Un ejemplo de ello son los enfermos de leucemia, que pueden llegar a necesitar la transfusión de hasta 200 unidades de este componente sanguíneo a lo largo de su tratamiento. Por su parte, los hematíes caducan a los 42 días. Son las células sanguíneas encargadas de transportar el oxígeno desde los pulmones al resto de los tejidos y son necesarios en casos de sangrados masivos o enfermedades en las que el organismo no es capaz de generar suficientes glóbulos rojos.

Las personas que han sufrido accidentes de tránsito pueden requerir la transfusión de hasta 30 unidades de hematíes. Por su parte, en un parto complicado se han llegado a emplear hasta 20 unidades de este componente sanguíneo. El tercer componente utilizado en la actividad transfusional, el plasma, puede almacenarse congelado y tiene una vida útil de 3 años. Es el componente líquido de la sangre y puede ser utilizado tanto para la transfusión como para la fabricación de medicamentos.

La transfusión de plasma se puede emplear, por ejemplo, durante un trasplante de hígado, llegando a necesitar hasta 40 unidades; o a lo largo de una intervención quirúrgica, situación que puede requerir el empleo de hasta 20 unidades.