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El joven rosarino que, con su ajedrez, buscará la gloria en Grecia


Por Diego Carballido

Juan Martín Ibarra tiene 13 años, pero su claridad en los conceptos disimula por completo su edad. “Juanma,” como le dice papá Simón, un docente de filosofía en escuelas secundarias, fue noticia hace algunas semanas cuando se conoció su historia. «El campeón rosarino de ajedrez que pide ayuda para viajar al mundial», decían los medios locales. Aquel título movilizó a toda una red de solidaridad, por la cual su entrenador recibió llamados de políticos y particulares interesados en apoyar la causa.

En la actualidad, Ibarra tiene casi cerrado su viaje al mundial de la disciplina en Grecia entre el 19 y el 31 de octubre. En el medio de sus estudios y su preparación, Juan Martín hizo un alto y mantuvo una charla con CLG para compartir todas sus sensaciones con respecto a este presente.

“A los cuatro año mi papá me enseñó a mover las piezas y cuando tenía seis, porque estaba mucho tiempo en la compu, me llevaron a una biblioteca y ahí me enganché”, dice Juan mientras recuerda sus comienzos en la Biblioteca Popular Homero de Vélez Sarfield al 900, donde conoció a Nahuel Strain, uno de las primeras personas que lo incentivó a entrar en el mundo del ajedrez competitivo.

«No hubo un punto específico en el que me haya propuesto a competir, pero cuando empecé a tener buenos resultados le fui dedicando cada vez más tiempo y fui participando en competencias cada vez más grandes”, asegura el joven, quien es actualmente el campeón argentino de su categoría (sub 14) y quien participó en julio del torneo Panamericano de Chile y, el año pasado, del Mundial de juveniles en Uruguay.

«En Rosario hay varios torneos y existe una comunidad de ajedrez, pero estaría bueno que hubiera más competencias”, relata Ibarra mientras brinda más detalles del universo de las piezas blancas y negras. «Es complicado definir la palabra ‘amateur’ en el ajedrez porque, generalmente, en los torneos abiertos se suele jugar fuerte, con normas internacionales y hasta hay dinero en juego», sostiene.

Existe un ranking absoluto y otro por categorías en este deporte donde quienes están en las mejores posiciones es porque han acumulado una buena cantidad de “Elos”. Al respecto, Juan aclara: «Los Elos son los números que miden tu fuerza de juego, y los podés aumentar ganándoles a otras personas. También existe un título máximo que es el de Gran Maestro”.


Al momento de consultarle sobre cómo es la vida de un preadolescente que cursa actualmente su primer año de la secundaria en el Complejo Educativo Gurruchaga y que compite internacionalmente, Juan explica: «Todos los días tengo contacto bastante tiempo con el ajedrez. Además de las clases, juego por internet o sigo los torneos más importantes del mundo. También estudio con libros que analizan las partidas porque individualmente lo que más se prepara son las aperturas. Si nos referimos al proceso normal de un partido, por lo general, la apertura se estudia y después el resto es nivel de juego. Es decir, el inicio se prepara y lo demás hay que deducirlo pensándolo en el tablero».

Según la experiencia que viene acumulando esta joven promesa del ajedrez argentino, a nivel promedio competitivo las potencias casi siempre son Rusia, EE.UU. y Ucrania, pero aclara: “Los campeones suelen ser aislados. Por ejemplo, en mi categoría el año pasado salió campeón mundial un jugador de Mongolia”. «En esos torneos juega mucho la experiencia. El que tenga mejor nivel de juego corre con ventaja, pero no necesariamente tiene el triunfo asegurado. Los torneos infanto-juveniles tienen la particularidad de que si un jugador justo ese día está en su máximo nivel, lo gana. Y suelen haber sorpresas», manifiesta.

La materialización del viaje de Juan Martín cuenta con el apoyo de las Secretarías de Deporte municipal y provincial. Pero, según su mirada: «Tuvimos muy poca respuesta de la Secretaría de Deporte de la Nación y de la Federación Argentina de Ajedrez».

Una vez finalizado su experiencia en Grecia, el objetivo de Juan será el Torneo Nacional en febrero del 2019. «Nunca me propuse metas a largo plazo, pero para los torneos nacionales me preparo mucho. Uno siempre sueña con ganar un Panamericano o un Mundial, que son bastantes difíciles» concluye.