Según el último informe de afectaciones, hasta este 12 de marzo se registraron "1.593 eventos adversos" a causa de las torrenciales lluvias
Un total de 19 fallecidos y 95.904 personas afectadas dejaba hasta el momento la fuerte temporada invernal que azota a Ecuador desde el pasado 1° de enero, informó la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGRE).
Según el último informe de afectaciones, hasta este 12 de marzo se registraron «1.593 eventos adversos» a causa de las torrenciales lluvias en 23 de las 24 provincias del país sudamericano, afectando a 187 cantones (municipios) y 597 parroquias.
Los eventos más recurrentes son deslizamientos, inundaciones, colapso estructural, socavamiento, vendaval y aluvión, precisó la SNGRE.
«La provincia con mayor impacto a la población es Manabí con 60.652 personas impactadas con 176 eventos, seguida de Guayas con 15.166 personas impactadas y 204 eventos», detalló.
La dependencia contabilizó a escala nacional 91 heridos, 9.872 personas damnificadas, 120 viviendas destruidas y 26.828 afectadas, además de que se destruyeron 25 bienes privados, 10 puentes y 491 instituciones educativas tienen daño funcional.
Además, los aguaceros destruyeron 23 bienes públicos, afectaron 43,08 kilómetros de vías y provocaron la pérdida de 6.566,99 hectáreas de cultivos, así como la muerte de 49.672 animales.
La SNGRE indicó que, al momento, se registran 23 ríos desbordados y otros 26 con tendencia a aumentar de nivel.
Durante esta temporada de lluvias, la dependencia mantiene activos 29 alojamientos temporales para brindar asistencia humanitaria a la población afectada.
Según la advertencia meteorológica emitida por el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), Ecuador continuará registrando, hasta el próximo 17 de marzo, precipitaciones de alta intensidad en gran parte del país.
Desde el pasado 24 de febrero rige una declaratoria de «emergencia regional» por 60 días en ocho provincias que son las más impactadas por el invierno, con el fin de movilizar fondos y personal adicional para atender los estragos de las lluvias.