Ubicado en Oroño y Güemes, el local gastronómico había abierto sus puertas en 2012. El contexto de pandemia y la crisis económica fueron un cóctel fatal
No es novedad que el impacto de la pandemia del coronavirus caló hondo en todos los niveles de la economía. No cabe duda, tampoco, de que uno de los sectores más golpeados fue (y sigue siendo) el gastronómico. Este miércoles se conoció que Johnny B. Good, el emblemático bar de la ciudad ubicado en Oroño y Güemes, baja las persianas.
El reconocido pub abrió sus puertas en 2012 y debido al duro contexto económico originado por la pandemia, sus dueños decidieron cerrar. Unos 45 trabajadores se quedaron sin su fuente laboral.
“Si bien el factor ocupacional es el 50 por ciento, si le sumás la restricción horaria, la cuenta te termina dando que trabajás al 25 o 30 por ciento. Porque la gastronomía solo es rentable en el turno noche”, afirmó Reinaldo Bacigalupo, presidente de Mercado Pichincha, al diario La Capital.
Varios empresarios gastronómicos y dueños de bares han pedido a la Municipalidad extender el horario de atención para intentar que la actividad sea un tanto más rentable en tiempos de extrema crisis. Afirman, además, que de seguir así la situación muchos bares y restaurantes terminarán de la misma manera: con las persianas bajas.