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El gran gesto solidario de una panadería que llena la panza y el alma


Se trata de la panadería Amuyen, la cual hace unos seis meses arrancó con esta iniciativa para sus clientes más humildes

Se trata de la panadería Amuyen, la cual hace unos seis meses arrancó con esta iniciativa para sus clientes más humildes

En Mara al 2600 del barrio Mercantiles de Neuquén, una pequeña panadería se metió en el corazón de decenas de vecinos gracias a un gran gesto solidario: donar parte de sus productos a los que menos tienen.

Se trata de la panadería Amuyen, la cual hace unos seis meses arrancó con esta iniciativa, aunque durante sus diez años de existencia jamás les dieron la espalda a sus clientes más humildes. “Si necesitas una bolsita: Hoy por ti, mañana por mí”, reza un colorido cartel el cual está colocado en una canasta de mimbre, la cual todos los días se llena con pan, bizcochitos y hasta algunas facturas, para que sean llevadas por lo que realmente lo necesitan.

Patricia, dueña del local, habló con LM Neuquén y contó cómo nació esta idea, la cual ya ha tenido lugar en las redes sociales e incluso otros medios de comunicación, y con la que espera poder replicar más gestos solidarios.

“Somos un micro emprendimiento, somos todos familia, sabemos de dónde venimos y sabemos a dónde queremos llegar. Este año cumplimos 10 años y siempre fuimos de entregar bolsitas con pan o algunas facturas del día anterior, jamás tuvimos problemas con eso, pero empezamos con la idea de la canastita teniendo en cuenta la crisis que se vive y por una cuestión de empatía, para no exponer a las personas que venían a pedirnos. Es que muchas de las personas que nos venían a pedir esperaban a que los demás clientes que estaban en la panadería pasarán y así ellos podían hablar con nosotros de forma privada. De esta forma, ellos sólo tienen que sacar su bolsita de la canasta”, contó la mujer, entusiasmada con su propuesta.

Sobre las personas que se acercan a buscar algunas de las bolsitas, que en algunos casos son el único alimento que tiene para ingerir, Patricia expresó que son albañiles que trabajan en las obras del barrio, niños carenciados y hasta jubilados que no llegan a fin de mes. “Lo que más te llega es lo de los chicos. Cuando en la canastita hay pan y bizcochitos, se llevan los bizcochitos y se van felices. Y ya está, sus caras lo dicen todo y eso es maravilloso”.

La frase que acompaña a la canasta no es casual. Es que se trata de uno de los dichos que su madre siempre le dijo. “Uno recurre a las raíces y todo esto es sólo devolver un poco de todo lo que Dios, que ha sido fiel conmigo, me ha dado”, dijo y agregó: “Estas cosas el universo te la devuelve de otra manera. Gracias a Dios tengo mi familia conformada, con mis hijos sanos, todos trabajando, entonces eso ya es un 100 para mí”.

En el último tiempo, y según ella misma cuenta, “la demanda” se incrementó notablemente, y no sólo por las necesidades de la gente que ella ya conoce, dado que también muchas personas de otros barrios se acercan a su panadería para poder llevarse un poco de pan. “Ha crecido la necesidad, porque lo vemos, pero también es porque hay gente de otros barrios que vienen por su bolsita”, reconoce.

Aunque Patricia no busca nada a cambio, sus propios clientes buscan devolver algo de lo que ella les da. “Hace uno días uno de los albañiles me decían ‘yo le voy a decir a fulanito de tal, que siempre tiene plata, que le venga a comprar el jugo’. Y después los ves aparecer a comprar el jugo, y el jugo en sobre, porque no es que compran el de litro. Vos te das cuenta que hay una necesidad, pero ellos intentan devolverte algo”.

 

Fuente: lmneuquen.com 

Fotos: Agustín Méndez