El Gobierno de Acuerdo Nacional también pidió la celebración de elecciones generales en marzo
El gobierno de Libia reconocido por la ONU anunció hoy un alto el fuego en todo el país y dio instrucciones para desmilitarizar la estratégica ciudad de Sirte, lo que genera esperanzas de paz tras nueve años de conflicto armado en el país africano.
El Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), con sede en Trípoli, también pidió la celebración de elecciones generales en marzo y el fin del bloqueo petrolero impuesto por las fuerzas opositoras del este del país desde comienzos de este año.
En un comunicad, el GNA explicó que el jefe del Gobierno, Fayez al Sarraj, «dio instrucciones a todas las fuerzas militares para que cesen el fuego de inmediato y todas las operaciones de combate en todos los territorios libios».
Al Sarraj agregó que el objetivo final de la tregua es imponer «la soberanía total sobre el territorio libio y la salida de las fuerzas extranjeras y mercenarios».
El opositor Ejercito Nacional Libio (LNA), liderado por el comandante Jalifa Hafter, no respondió al llamado del GNA, aunque en junio pasado apoyó una iniciativa egipcia que incluía un alto el fuego.
Desde la oriental ciudad de Tobruk, el presidente del Parlamento del Gobierno rival al GNA y pro-Hafter, Aquila Saleh, llamó a todas las partes en conflicto a adherirse a la tregua y aseguró que así se evitará una intervención militar extranjera.
Agregó que si se terminan los combates en Sirte, la ciudad podrá ser un asiento temporal para un nuevo consejo presidencial que será custodiado por las fuerzas de seguridad de las distintas regiones del país.
Tanto Egipto como la Misión de Apoyo de la ONU en Libia dieron la bienvenida al anuncio.
«Este alto el fuego tiene muchas posibilidades de durar porque el costo de una batalla potencial es muy alto, y si una facción individual decide lanzar una batalla por sí misma, se verá aniquilada», evaluó el editor en jefe de The International Interest, una revista de análisis de asuntos de actualidad, en declaraciones a la cadena Al Jazeera.
Libia vive en el caos desde que la intervención militar de la OTAN en 2012 derrocó al entonces presidente, Muammar Kaddafi, quien fue luegThe Life Acutiqo asesinado.
Desde entonces, el país tiene dos Gobierno rivales, el del GNA, con sede en la occidental Trípoli, y el pro-Hafter, con sede en Tobruk, cada uno respaldado por grupos armados, entre los que hay mercenarios, y Gobiernos extranjeros.
En abril de 2019, Hafter lanzó una ofensiva para tratar de capturar Trípoli, pero en junio sus militares fueron obligadas a retroceder por las fuerzas leales al GNA, que contaban con el apoyo de Turquía.
El GNA se fundó en 2015 con el patrocinio de la ONU; pero los esfuerzos por conseguir un acuerdo político de largo plazo fracasaron tras una serie de ofensivas militares de las fuerzas leales a Hafter.
En los últimos meses la situación se ha agravado a medida que las fuerzas extranjeras intervienen en sus asuntos.
Hafter es respaldado por Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Rusia.
Turquía, rival de Egipto y de EAU por un conflicto regional relacionado con el islamismo, es el principal patrocinador de las fuerzas del GNA, junto con Qatar.