Amnistía Internacional denunció que murieron al menos 161 manifestantes
Amnistía Internacional denunció que murieron al menos 161 manifestantes
El presidente del Parlamento iraní, Alí Lariyaní, se negó este domingo dar la cifra de víctimas registradas en la represión a las recientes protestas que tuvieron lugar en el país y en las que, según la organización Amnistía Internacional (AI), han muerto al menos 161 manifestantes.
El funcionario brindó una conferencia de prensa en Teherán en la que fue consultado puntualmente sobre la situación y cantidad de víctimas de las revueltas a lo que se limitó a contestar que «los aparatos de seguridad seguirán este tema, ya que es su deber».
Lariyani dijo que «algunas personas fueron heridas y tuvieron problemas, se quemaron casas y hubo daños», sin hacer otro análisis sobre las causas que motivaron las protestas que estallaron a mediados de noviembre por el aumento del precio de la gasolina. AI denunció en su último informe de hace dos días que los fallecidos ascienden al menos a 161 y advirtió de que «el número real de muertos es probable que sea significativamente mayor».
Desde que las autoridades levantaron el bloqueo impuesto a internet durante más de una semana, han vuelto a circular vídeos en las redes sociales de la brutal represión de las fuerzas de seguridad, informó la agencia de noticias EFE. Muchos internautas están colgando desde ayer en Instagram y otras redes sociales un mapa de Irán en color negro con la leyenda en farsi «La voz de aban», en alusión al mes del calendario iraní durante el que se registraron las protestas.
Pese a ello, Lariyaní volvió a culpar hoy, en la línea con la versión oficial, a ciertos grupos de aprovecharse del caos y emplear armas blancas y de fuego. «El país y sus leyes constitucionales no tienen problemas con las protestas, el problema está cuando se convierten en una conducta violenta», subrayó.
Las protestas comenzaron tras la decisión gubernamental de subir el precio de la gasolina entre un 50 y un 300 % y derivaron pronto en disturbios y en fuertes críticas contra el régimen teocrático del país.
Las autoridades iraníes no han asumido ningún tipo de responsabilidad en la represión de las protestas y optaron por acusar a países como Estados Unidos y a grupos opositores en el exilio de instigar los disturbios. A la tensión con Washington, que ha aumentado desde que ese país se retirara del acuerdo nuclear de 2015 y volviera a imponer sanciones a Irán, también se refirió Lariyaní durante su rueda de prensa.
«La política de máxima presión es un método erróneo y tienen que cambiarlo. Nosotros no hemos cerrado las puertas (al diálogo) pero lo importante es que los estadounidenses deben saber que ese método (de sanciones) en el pasado también existía y no dio resultado».
En respuesta a las sanciones y a la inacción de Europa para contrarrestarlas, Irán comenzó desde el pasado mayo a incumplir algunos de sus compromisos del acuerdo, entre ellos los límites de almacenamiento y enriquecimiento de uranio, aunque sigue cooperando con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Ante la posibilidad de que Europa vuelva a imponer sanciones a Irán, Lariyaní criticó que se apunte a su país en vez de castigar a Estados Unidos por su retirada del pacto. «Si los europeos utilizan el mecanismo de resolución de disputas, Irán tendrá que reconsiderar algunos de sus compromisos con el OIEA», advirtió el presidente del Parlamento, quien después de 12 años en el cargo no se va a presentar como candidato en los próximos comicios.