En medio de un contexto mundial signado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la Argentina recibirá dentro de diez días a los integrantes del Grupo de los 20, un foro que aglutina a las naciones más poderosas y que puede ser un desafío importante para el país para firmar acuerdos y afianzar relaciones bilaterales económicas.
En medio de un dispositivo de seguridad sin precedentes, la Ciudad de Buenos Aires será sede entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre del encuentro que reúne a las naciones de mayor poder del planeta. Para el gobierno nacional, el foro será una oportunidad única para conseguir acuerdos bilaterales en rubros como agroalimentos, energía y en el sector de los servicios en general.
En el marco de un encuentro del denominado Grupo de los Siete en 2008, se resolvió dar paso a un organismo con una mayor visión y poder de anticiparse a las crisis. En conjunto, todos los integrantes representan más del 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional.
En esta cumbre, el objetivo es consensuar un documento final que ponga especial énfasis en el desarrollo equitativo mundial y sostenible. El doctor en Estudios Internacionales, Marcelo Saguier, advirtió sobre el impacto que podría tener en el encuentro las controversias comerciales que se vienen dando entre China y Los Estados Unidos y que siguen escalando. En una entrevista concedida a El Cronista, el experto indicó que el gobierno podría promover una declaración conjunta de los líderes para «evitar el fracaso de la cumbre».
Se esperan unas 7.000 personas, entre ellas presidentes, ministros, funcionarios políticos y cerca de 2.500 periodistas en la cumbre que estará presidida por Mauricio Macri. El gobierno ya adelantó sobre los severos controles que se realizarán para evitar cualquier tipo de incidente durante la Cumbre.
Este lunes, se llevó a cabo la denominada «contracumbre» del G20, durante la cual la ex presidenta Cristina Kirchner hizo un llamado a la unidad opositora en un «frente patriótico» que no es «de derecha ni de izquierda» para derrotar «las políticas del neoliberalismo que han vuelto a endeudar al país».