Fars, este test fue confirmado por los Guardianes de la Revolución de Irán, la Fuerza Armada ideológica de la República Islámica.
Los Guardianes de la Revolución de Irán confirmaron haber realizado una prueba «reciente» de un misil, informó este martes la agencia iraní Fars, una semana después de que Estados Unidos, Reino Unido y Francia condenaran ese ensayo.
«Seguimos con las pruebas de misiles y este [disparo] reciente fue un test importante», afirmó el general de brigada Amirali Hajizadeh, comandante de la fuerza aeroespacial de los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite de la República Islámica de Irán, según la agencia Fars.
«La reacción estadounidense muestra que este ensayo era muy importante para ellos y que les hizo llorar», añadió Fars, citando a un oficial que recordó que Irán lleva a cabo cada año entre 40 y 50 ensayos de misiles.
La agencia iraní no precisó ni la fecha del ensayo ni el tipo de misil, pero cita al general Hajizadeh quien asegura que la reacción de Estados Unidos muestra que estos se encuentran «bajo la presión» iraní gracias a este ensayo militar.
«Violación» o «provocación»
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, denunció a principios de diciembre un nuevo ensayo iraní de un «misil balístico de medio alcance capaz de transportar varias ojivas» o cabezas nucleares y de «atacar algunas regiones europeas y por todo Oriente Próximo».
Tras condenar ese ensayo, Francia y el Reino Unido pidieron una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el programa balístico iraní.
Durante esa reunión, celebrada el 4 de diciembre, Estados Unidos no logró obtener una «condena unánime» del ensayo como una «violación» de los compromisos internacionales de Irán.
La administración estadounidense discrepa con franceses y británicos sobre la manera en que hay que calificar los ensayos de misiles balísticos iraníes.
Washington, enemigo de Teherán, considera que estos ensayos de misiles balísticos son una «violación» de la resolución 2231 del Consejo de Seguridad, también incluida en el acuerdo nuclear de 2015 del que Estados Unidos salió unilateralmente en mayo.
En cambio, París y Londres no lo consideran como una vulneración, ya que estos no se «adecuan» a los principios de la resolución 2231, pero sí lo califican de «provocación».
Desde hace años, los ensayos de misiles iraníes tensan las relaciones entre Irán y las potencias occidentales.
Según la resolución 2231, «Irán no debe llevar a cabo ninguna actividad relacionada con misiles balísticos pensados para llevar cabezas nucleares».
«Un malentendido intencionado»
Teherán, que asegura que no tiene ninguna intención de dotarse de una arma nuclear, repite constantemente que sus proyectos de desarrollo de misiles tienen como objetivo «la disuasión» y que esto se debe a un «programa defensivo del país que no puede detenerse», recordó recientemente el ministro de Asuntos Exteriores.
Según un diplomático occidental, hay «desde el inicio un malentendido intencionado entre los dos bandos (iraníes y occidentales)», sobre la cuestión de los misiles.
Por un lado, las potencias occidentales se muestran preocupadas ante la «amenaza» de Irán en Oriente Próximo, que al convertirse en la principal potencia en la región, por delante de Arabia Saudita o Israel, podría tener un papel «desestabilizador» en países en conflicto como Siria o Irak.
Por el otro, Irán denuncia constantemente «complots» de Occidente en Oriente Próximo y considera que las acusaciones de los países occidentales son infundadas ya que Irán no quiere agredir a nadie y solo desea «vivir en paz y en seguridad en el mundo», según explicó el presidente iraní, Hasan Rohani.
Tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear, los ensayos de misiles se encuentran en el punto de mira de la administración estadounidense, que prometió una campaña de «presión máxima» contra Irán.
En cambio, Londres y París intentan salvar el acuerdo nuclear, aunque afirman seguir con «preocupación» las actividades balísticas de Irán.]]>