Política y Economía

El Gobierno bajará el impuesto a las ganancias al 90% de las empresas


Reducirán la alícuota del impuesto al 25%. Lo definieron tras un encuentro entre el jefe de Gabinete, el ministro de Economía y Sergio Massa, titular de Diputados, junto a senadores y otros legisladores.

El Gobierno bajará el impuesto a las ganancias al 90% de las empresas. Según adelantaron a PERFIL fuentes del oficialismo, casi todas las empresas tendrán una alícuota del 25%. Se modificará así el proyecto original que el oficialismo había redactado en paralelo al que da alivio a los trabajadores. La iniciativa propone rehacer las escalas, alimentando la progresividad del tributo. El 10% restante de las empresas pasará a pagar el 35%.

En el encuentro, que duró tres horas, estuvieron Marco Lavagna, Carlos Heller y Anabel Fernández Sagasti, entre otros.

El Poder Ejecutivo enviará este miércoles 7 de abril el texto a la Cámara.

En paralelo, el Senado se dispone a convocar a sesión especial para convertir en ley los cambios al impuesto a las ganancias que pagan empleados en relación de dependencia, la propuesta que elevó en su momento Sergio Massa. Esa iniciativa dará alivio a 1,3 millones de trabajadores.

Pero este otro proyecto, que había sido mandado por el Gobierno y ahora se modificará, apunta a bajar la carga tributaria de las empresas.

Hubo muchos intercambios y momentos de tensión. La oposición también había reclamado por la presión tributaria. La modificación entrará por Diputados. Todavía no están los números del costo fiscal que implicará esta reducción. Pero apunta a lograr mayor inversión y generar confianza, según dijeron fuentes oficiales.

Heller, que participó de esta reunión, había sido, por otra parte, uno de los que elaboró el aporte solidario, mejor conocido como impuesto a la riqueza, un aporte por única vez al patrimonio personal de las personas con más fortuna en la Argentina, algo que había generado rispideces y en algunos casos, la judicialización de la ley.

En tanto, el ministro Guzmán busca, como suele repetir, calmar la economía. Y sale de lo exclusivo a la deuda para meterse en negociaciones de macroeconomía y economía doméstica. En este caso, un beneficio impositivo, con el que el gobierno busca atender uno de los reclamos que habían sido hechos por las empresas cuando se tramitó la reducción para empleados.