Política y Economía

El Gobierno aplicó otra vez el protocolo de seguridad ante la masiva marcha de la CGT: hubo incidentes


La Policía detuvo a manifestantes en Avenida Corrientes tras corridas, forcejeos y empujones

Manifestantes fueron detenidos esta tarde durante la desconcentración de la marcha del sindicalismo contra el DNU tras intentar cortar la Avenida Corrientes y enfrentarse con efectivos de Infantería.

Los momentos de tensión se vivieron poco después de finalizada la marcha de las centrales obreras, cuando un grupo de manifestantes inició incidentes en la zona de Avenida Corrientes y Talcahuano.

Hubo corridas, forcejeos y empujones y, luego los manifesntantes arrojaron botellas contra los uniformados y estos respondieron lanzando gas pimienta. En ese marco, los efectivos se llevaron detenidos a algunos de los manifestantes.

La masiva movilización a los Tribunales llevada a cabo por la CGT y otras organizaciones sociales y gremiales en contra del DNU de desregulación de la economía firmado por el presidente Javier Milei puso a prueba hoy otra vez la implementación del protocolo de orden público con un importante operativo dispuesto en los alrededores de Plaza Lavalle de la ciudad de Buenos Aires, donde se concentraron los manifestantes, y los principales accesos a la capital que, sin embargo, no impidió que se registraran cortes de tránsito en calles y avenidas y la detención de al menos cuatro personas.

Los alcances del operativo, en el que participaron agentes de la Policía Federal, de la Ciudad y la Gendarmería Nacional, fueron monitoreados por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien estuvo en comunicación con Milei, que permaneció en Casa de Gobierno.

Bullrich siguió los alcances del protocolo, implementado por el Ministerio de Seguridad, junto a su par de Seguridad de la Ciudad, Waldo Wolff, y el jefe de la Policía porteña, Diego Kravetz.

«De manera coordinada se cumplió con el objetivo que las principales avenidas estuvieran la mayor parte del tiempo liberadas» de manifestantes, dijo Wolff a la prensa tras seguir la aplicación del protocolo en las oficinas del Departamento Central de Policía.

Wolff, sin embargo, admitió que el tránsito de vehículos por las avenidas 9 de Julio, Corrientes y Córdoba, en el centro porteño, estuvo durante «algún momento» cortado para «permitir la desconcentración y el desarrollo del acto» convocado por la CGT.

La avenida Corrientes, a la altura de la calle Uruguay, estuvo cerrada al tránsito durante varios minutos después del mediodía a raíz de que un agente de la Policía porteña sufrió heridas al ser atropellado por un colectivo de la línea 26.

El oficial primero Gabriel Piri, de la División Verificación Vehicular, padeció un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente y provocó que fuera trasladado en una ambulancia al Hospital Italiano, se informó oficialmente.

Agentes policiales avanzaron en ese momento con sus escudos caminando sobre la avenida para desplazar a los manifestantes que se mantenían en la zona cuando ya se había iniciado la desconcentración de la movilización y allí detuvieron a Martín Brunás, dirigente del partido Unidad Popular y de la CTA Autónoma, una de las centrales organizadores de la protesta en Tribunales.

Al parecer, Brunás fue arrestado cuando, supuestamente, filmaba el operativo policial.

Antes de comenzar la protesta de la CGT, la ministra Bullrich advirtió que iba a hacer cumplir el protocolo de orden público presentado días atrás para enfrentar manifestaciones como la convocada por la central obrera.

«Estamos trabajando por una Argentina más segura y cumpliendo con la ley y los protocolos vigentes», publicó en un mensaje el ministerio de Seguridad en la plataforma X, junto a un video en el que se observó a Bullrich frente a distintos monitores que transmitían imágenes de las principales vías de tránsito.

En su habitual rueda de prensa en la Casa Rosada, el portavoz presidencial Manuel Adorni informó que se recibieron 20.000 llamadas a la línea telefónica 134, habilitada por el Gobierno para recibir notificaciones acerca de presuntos «extorsionadores» que buscan movilizar a personas a las protestas en contra de las medidas tomadas por Milei.

«Nadie puede estar obligado a manifestarse. El que corta la calle, no cobra (su plan social). En la línea 134 ya recibimos más de 20.000 llamadas, de las cuales 1.500 aportan datos de los extorsionadores», comentó Adorni.

El portavoz presidencial también celebró que la CGT haya «pedido autorización» para concretar la movilización hacia la plaza Lavalle, frente a los tribunales en la ciudad de Buenos Aires, en rechazo al DNU de desregulación de la economía. «Consideramos que es un síntoma de que estamos viviendo un cambio de época en materia de marchas y de las organizaciones que participen de manifestaciones en la calle», evaluó Adorni.

En uno de los operativos dispuestos con motivo del protocolo de seguridad fue impedido de continuar por la Gendarmería un ómnibus en el que viajaban desde Jujuy a Buenos Aires unas 45 personas, entre ellas el sindicalista municipal de la provincia norteña Carlos «Perro» Santillán.

El micro fue detenido a la altura de la localidad bonaerense de Zárate-Campana, a unos 70 kilómetros al norte de Buenos Aires, cuando se dirigía hacia el acto de la CGT.

«Esto me hace acordar mucho a la dictadura o a los tiempos en los que regía el estado de sitio en la Argentina», opinó Santillán en declaraciones a Radio 10.

«Patricia Bullrich se hace el Rambo con su protocolo, bajando trabajadores de colectivos y filmándolos, mientras el sueldo de los laburantes se desangra», expresó, por su parte, el dirigente del gremio de camioneros Pablo Moyano, en declaraciones a la radio digital Futurock.

Por su parte, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo afirmó por medio de un comunicado que «protestar es un derecho» y que deben defenderse «los mecanismos democráticos» que permiten manifestarse en las calles.

El protocolo de orden público había sido implementado por primera vez justo una semana antes, cuando las organizaciones sociales y políticas agrupadas en la Unidad Piquetera marcharon hacia la Plaza de Mayo al conmemorarse 22 años del estallido social que en diciembre de 2001 provocó la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa.

Aquellas protestas llevadas a cabo a principios de siglo fueron reprimidas violentamente por las fuerzas de seguridad y dejaron un saldo de 38 personas muertas en todo el país.